La nueva vida de Mohamed en Valladolid: de montar molinos a regentar la tapicería con la que triunfa

Mohamed Acab llegó a Valladolid en 2004 desde Casablanca (Marruecos). Hoy, con 55 años, es un ejemplo de cómo los nuevos residentes contribuyen a combatir la despoblación: regenta su propia tapicería desde hace cuatro años, ha formado una familia y tiene claro que su futuro está en la ciudad.

Llegada legal y una vida de trabajo

A diferencia de quienes se ven forzados a arriesgar la vida, su llegada a España fue de forma legal. "Yo vengo con un contrato con mi hermano y todo, ¿sabes?", explica. Su hermano, que ya estaba en el país, le consiguió un puesto de escayolista. A pesar de la dureza de dejar su origen, "es muy difícil llegar aquí, es que hay mucho riesgo", su camino fue distinto al de muchos otros compatriotas.

Antes de establecerse por su cuenta, Mohamed desempeñó múltiples oficios: montaje de estanterías metálicas, muebles y, su último empleo como asalariado, montaje de molinos eólicos. Fue precisamente la peligrosidad de este último trabajo lo que le impulsó a emprender. "Lo veo que es peligroso para mí. Es que pagan bien, pero hay mucho riesgo", confiesa sobre una labor que le exigía subir a estructuras de hasta 120 metros.

El oficio que le da la estabilidad

Hace cuatro años decidió abrir su propia tapicería, un oficio que conocía bien por haberlo ejercido durante más de 25 años en Marruecos. Aunque los comienzos no fueron fáciles, el negocio "está bien, ahora ya recuperamos los clientes y todo". Su profesionalidad ha sido su mejor carta de presentación.

"El negocio está bien, ahora ya recuperamos clientes y todo"

Mohamed, una tapicero marroquí con nueva vida en Delicias (Valladolid) 

A lo largo de sus más de 20 años en España, Mohamed ha aprendido a lidiar con los prejuicios. Aunque afirma que la mayoría de la gente lo ha tratado bien, reconoce haberse topado con episodios racistas. "Hay algunos, pero muy poco, que viene y dice '¿de dónde es?' Cuando le digo 'yo soy marroquí' se abandona, si no quiere trabajar", relata. Sin embargo, su filosofía es clara: "Yo respeto a todo, ¿sabes? Si el que está racista y luego se queda conmigo bien". Su trabajo habla por sí mismo: "Cuando trabajo con 1, tráeme 2, cuando trabajo en 2, tráeme 4". Ahora, asegura, trabaja principalmente con clientes españoles.

Un futuro en Valladolid

A pesar de estar plenamente asentado, la distancia con su familia en Casablanca es dura. Su padre falleció en 2014 y recientemente ha perdido a un hermano, lo que le obligó a cerrar la tienda durante 17 días. "Es un poco muy raro, ¿sabes? Cuando pasa algo ahí para llegar y cosas de eso, eso es un poco ridículo corazón", lamenta la lejanía en momentos difíciles.

"Llevo aquí casi 22 años y tengo la familia aquí, tengo dos niños, una mujer"

Mohamed 

Un tapicero marroquí residente en el barrio de Delicias, Valladolid 

Con dos hermanos en España y su madre en Marruecos, Mohamed vive con el corazón dividido, pero sus raíces están ya en Valladolid. Aquí ha formado su propia familia, con su mujer y sus dos hijos. Por eso, su futuro lo tiene claro: "Llevo aquí casi 22 años y tengo la familia aquí, tengo dos niños, una mujer. ¿De dónde voy? No tengo dónde. Voy a quedar aquí".