Luis Argüello reivindica la 'alegría' del encuentro frente a la 'felicidad' de las cosas
El arzobispo de Valladolid envía un mensaje de esperanza a los que sufren y carecen de lo imprescindible en estas fiestas

Felicitación navideña de Luis Argüello, arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española
Valladolid - Publicado el - Actualizado
2 min lectura8:12 min escucha
Luis Argüello, arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, ha felicitado la Navidad diferenciando entre los conceptos de alegría y felicidad. Según Argüello, la felicidad "tiene que ver con un movimiento en el que el deseo del corazón está satisfecho por lo que consigue", como los bienes o los proyectos, mientras que la alegría "no se busca, se encuentra".
Un mensaje para los que sufren
El arzobispo ha explicado que la propuesta cristiana es la de la alegría, que surge "cuando somos sorprendidos por alguien que de alguna u otra manera nos descifra la vida y el amor". Ha recordado que el nombre Emmanuel significa "Dios con nosotros" y que este encuentro se produce en un lugar humilde, "en un comedero de animales, en un pesebre", porque "no había sitio para él en la posada".
"La alegría va especialmente dirigida a quienes consideran las navidades unas fiestas profundamente tristes"
Arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española
Por este motivo, ha subrayado que "la alegría va especialmente dirigida a quienes, a fuerza de oír tanta felicidad, consideran las navidades unas fiestas profundamente tristes". En su mensaje, ha tenido un recuerdo especial para las personas que carecen de lo imprescindible, las familias sin casa, los que están solos, los enfermos en hospitales, los mayores en residencias y los internos del centro penitenciario de Villanueva.
Elogio del encuentro y la convivencia
"Jesús significa el Salvador, el que nos salva de la fuente mayor de las tristezas"
Arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española
Argüello también ha recordado que el nombre de Jesús significa "el salvador", aquel que "nos salva de la fuente mayor de las tristezas, que es la muerte y sus heraldos", así como del "egocentrismo radical del pecado que provoca tantas divisiones, tantos desencuentros, tantas luchas, tantas polarizaciones".
Por ello, ha invitado a vivir estos días haciendo un "elogio del encuentro" y manteniendo la esperanza en que "podemos convivir, vivir juntos en la ciudad desde unas creencias u otras". Ha finalizado su intervención destacando la importancia del bien común y de reconocer "en el Dios que se ha hecho carne la dignidad sagrada de toda vida humana".
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.



