El llanto de Angelita, un año después de la DANA, al recordar: "Vi cómo la riada se llevaba a mis vecinos y yo no pude hacer nada"

Se cumplen doce meses de la trágica riada que cambió por completo la vida de Letur, un pequeño pueblo albaceteño. En el primer aniversario de la DANA, Angelita, una de sus supervivientes, nos abre las puertas de su casa para recordar un día que dejó cicatrices imborrables. "Hoy es un mal día, recordando aún todo, pero bueno", confiesa con la voz rota.

El día que todo cambió

Todo ocurrió en cuestión de minutos. Angelita y su marido estaban sentados en el comedor, partiendo nueces, cuando un estruendo los sobresaltó. "De momento, un ruido que dijimos: ¡qué ruido!, ¿pero qué ruido es este?", relata. 

Al asomarse a la ventana, vieron cómo los contenedores de basura bajaban por la calle arrastrados por una marea de "mucha marranería, mucha broza", sin ser todavía conscientes de la magnitud del desastre.

El horror se materializó ante sus ojos. Desde su ventana, Angelita fue testigo de cómo la riada engullía la casa de sus vecinos, Jonathan y Mónica. "El agua saltaba por encima de la casa, hasta que nada, a las tres y cuarto, es que no existía la casa", recuerda entre lágrimas. 

La impotencia se apoderó de ella al intentar llamarlos sin éxito: "Una impotencia de ver que, aunque me hubiera cogido el teléfono, ella no podía salir de ninguna forma".

00:00

Volumen

Cerrar

COPE Albacete visita a Angelita, afectada por la DANA en Letur

Vi cómo a Jonathan y Mónica los arrastraba la riada"

Angelita

Vecina de Letur, afectada por la DANA

Nueve meses fuera de casa

La furia del agua también arrasó su hogar. "Aquí no había nada, o se lo llevó todo, aquí todo esto es nuevo", explica mientras muestra un comedor reconstruido desde los cimientos. Ella y su marido fueron rescatados por los bomberos sobre las seis y media de la tarde y no pudieron volver a su casa hasta nueve meses después, tiempo durante el que vivieron en la vivienda de un familiar.

Un año después, aunque los trabajos de reconstrucción "no han parado", las cicatrices de la DANA siguen muy presentes en el pueblo y el miedo persiste entre los vecinos. "Cuando el otro día había una nube y empezaron los truenos, es que te descompones", admite Angelita. 

Todavía queda "mucho, mucho, mucho" por hacer, y su propio patio y piscina continúan destrozados, a la espera de que avancen las obras generales de la zona.

Las heridas que no cierran

La magnitud del desastre todavía se palpa en algunos rincones de su casa. Al abrir la puerta de una estancia, muestra un gran agujero en la pared que da a la calle, por donde el agua reventó una ventana y lo anegó todo. "Esto lo hicimos con tantísima ilusión, y es que estábamos un año y medio viviendo aquí", lamenta.

A pesar del dolor y el trabajo pendiente, Angelita mantiene la esperanza en el futuro. "Tenemos mucha esperanza de que se va a quedar igual o mejor, pero claro, para todo eso se necesita tiempo", concluye.

Tenemos mucha esperanza de que se va a quedar igual o mejor"

Angelita

Vecina de Letur