Un ERE, un anuncio global y mil trabajadores en vilo: El enésimo desafío industrial de Cantabria
Las plantas de Bridgestone en Puente San Miguel y Nissan en Los Corrales atraviesan semanas decisivas: una vota este viernes un plan de despidos y la otra espera saber si el recorte mundial de 20.000 empleos llegará a Europa

Santander - Publicado el
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Bridgestone y Nissan. Dos nombres conocidos, dos grandes industrias con presencia en Cantabria desde hace décadas. Dos plantas que han dado empleo estable durante generaciones y que hoy, por diferentes motivos, viven momentos de incertidumbre. Una en plena negociación por un expediente de regulación de empleo, la otra pendiente de saber si el anuncio global de su matriz terminará afectando también a su centro de producción en Los Corrales de Buelna.
Puente San Miguel: una plantilla que votará su futuro
La planta de Bridgestone en Puente San Miguel (Reocín) emplea actualmente a casi 600 personas. Se dedica a la fabricación de neumáticos para el sector agrícola, un segmento que ha visto caer sus ventas en los últimos años. Esa caída de la demanda ha sido el argumento principal de la empresa para plantear un ERE que inicialmente iba a afectar a 211 trabajadores, aunque tras la negociación con el comité, esa cifra se ha rebajado a 188.
La plantilla ha cumplido ya varias jornadas de huelga y este viernes votará en referéndum si acepta o no la última propuesta de la empresa. Entre las medidas ofrecidas por Bridgestone están la posibilidad de acogerse a prejubilaciones a partir de los 55 años, con el 80% del salario neto hasta los 64, y una indemnización de 45 días por año trabajado sin límite, más 30.000 euros para quienes acepten una salida voluntaria.
En paralelo, la planta vizcaína de Basauri recibirá una mayor carga de trabajo, con 100.000 cubiertas más al año, algo que ha generado cierto malestar en la plantilla de Cantabria, que considera que su papel industrial no está igual de definido.

Trabajadores de Bridgestone
Nissan: un anuncio global que genera más preguntas que respuestas
En el caso de Nissan, el escenario es distinto, pero no menos incierto. La planta de Los Corrales de Buelna es una de las más importantes de fundición y mecanizado del grupo en Europa. Allí se fabrican discos de freno y manguetas de dirección para modelos de Nissan y Renault, y trabajan unas 500 personas.
Este lunes, la multinacional japonesa anunció que despedirá a 20.000 empleados en todo el mundo hasta 2027 como parte de un nuevo plan de reestructuración. El anuncio ha encendido todas las alarmas, aunque por el momento no hay comunicación oficial sobre cómo afectará a Europa o a la planta de Cantabria. Desde el comité de empresa reconocen que "no se sabe nada", ni siquiera si se barajan ajustes en esta zona.

Concentración de Bridgestone
La última vez que Nissan anunció despidos fue en noviembre de 2024, con un recorte de 9.000 empleos en todo el mundo que no afectó a Los Corrales. Pero el nuevo anuncio es el doble de severo, y la preocupación en la plantilla es evidente.
Dos motores industriales y cientos de familias pendientes
Ambas plantas forman parte del tejido industrial más potente de Cantabria. Entre las dos, suman más de 1.000 empleos directos, a los que hay que sumar el impacto en empresas auxiliares, servicios logísticos y economía local. Hablamos de miles de personas que dependen, directa o indirectamente, de la estabilidad de estas dos fábricas.

Planta Nissan de Corrales de Buelna, en Cantabria
Bridgestone llegó a Puente San Miguel en los años 90 tras la compra de la antigua Firestone. Desde entonces ha sido uno de los grandes empleadores industriales de la región. Por su parte, Nissan lleva en Los Corrales desde 1987, convirtiéndose en un referente europeo en piezas de fundición para la automoción.
Y ahora, ¿qué?
En el caso de Bridgestone, el futuro inmediato se decidirá este viernes. Si la plantilla acepta la propuesta, se pondrá en marcha el plan de salidas. Si no, seguirá la negociación. En cuanto a Nissan, todo depende de las próximas comunicaciones oficiales. De momento, reina la espera.
Ninguna de las dos empresas ha hablado de cierres, ni hay datos que apunten a ello. Pero la sensación de inestabilidad está ahí. Y mientras tanto, cientos de familias en Cantabria se preparan para decisiones que no están en sus manos, pero que pueden marcar su futuro inmediato.