Los niños de catecismo de una localidad de Asturias dibujan retratos del Papa León XIV y un mes después, reciben una sorpresa del Vaticano
Una imagen y varias peticiones sencillas. Lo que parecía una actividad más de catequesis acabó convirtiéndose en una historia inesperada que ha dejado huella en toda la parroquia

Entrevista con Ovidio Rubio, catequista de la parroquia de San Félix de Lugones
Oviedo - Publicado el
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Todo comenzó con un gesto sencillo. Nueve niños de primero de catequesis de la parroquia de San Félix de Lugones decidieron, junto a su catequista, enviar una imagen y unas peticiones al Papa tras su reciente nombramiento como León XIV. “La idea fue a través del nombramiento del Papa, mandarle una imagen que ya estaba circulando por Internet. La envié al grupo de WhatsApp con las familias y se volcaron de inmediato”, cuenta Ovidio Rubio, su catequista.
Los niños imprimieron la imagen, la colorearon y escribieron mensajes como que se acaben las guerras, que los niños tengan comida o que los abuelos no estén solos. Peticiones que reflejan una mirada empática al mundo desde su entorno más cercano. “La soledad de los ancianos es algo que ellos mismos mencionaron, y en una región como la nuestra, tan envejecida, tiene todo el sentido”, explica Ovidio.
La respuesta
La sorpresa ha llegado unas semanas después. El propio catequista ha recibido en su casa una carta con matasellos del Vaticano, remitida a través del asesor papal Roberto Camps. “El Papa nos encomienda a la Santina de Covadonga, agradece el gesto de empatía y cariño con él, nos pide que crezcamos en el amor a Cristo y nos imparte la bendición apostólica”, detalla Ovidio.

Amara, Pelayo, Iris y Samantha, con la carta del Vaticano en la mano, tras recibir la respuesta del Papa León
La bendición, explica, se hace extensiva a los niños, los catequistas, las familias y los educadores. Y aunque la respuesta estaba dirigida a todos, fue él quien recibió físicamente la misiva porque había dado su dirección postal para facilitar el envío. “Cuando se lo conté a los niños, no se lo creían. La cara de felicidad era inmensa”, recuerda. “Saltaban de alegría e incluso empezaron a soñar: ‘A ver si viene el Papa a vernos’ o ‘¿por qué no organizamos un viaje a Roma?’”, cuenta entre risas.
La ilusión
Aunque el curso de catequesis ya había terminado, consiguieron reunir a parte del grupo para hacerse una foto con la carta. “Vinieron cuatro de los nueve, fue difícil por las vacaciones y los compromisos de cada familia, pero ahí estuvieron”, dice.
Y ahora, la posibilidad de organizar un viaje al Vaticano empieza a tomar forma. “Estamos trabajando en ello. Años atrás también lo hicimos. Si cada uno ahorra un poco, podríamos ir al final de la catequesis o después de la Primera Comunión”.
Más allá de la anécdota, lo importante, asegura, es el valor pedagógico y emocional de lo vivido. “Es una forma de acercar la figura del Papa a los niños. Que sientan que no es una figura lejana, que vive en otro país, sino alguien que les escucha”. “La carta es solo un medio, pero lo que provoca es que ellos se sientan protagonistas, que entiendan que sus peticiones importan, que la Iglesia escucha”, afirma.

Uno de los niños de catecismo de la parroquia de San Félix de Lugones sostiene la carta enviada desde el Vaticano
Ovidio también destaca la implicación de las familias en todo el proceso, algo que valora especialmente en una parroquia que, dice, “funciona como una pequeña comunidad”. Una experiencia que, sin duda, quedará grabada en la memoria de estos nueve niños y de todos los que han acompañado este pequeño gran gesto. Porque como concluye el catequista: “Que el Papa te responda no es algo que pase todos los días. Y para ellos, ha sido una emoción enorme”.