La Nochebuena más solidaria en los comedores sociales
Familias con problemas y personas sin hogar comparten menús especiales. La pandemia obliga al Refugio o al Comedor de El Carmen a tirar de 'táper', como el año pasado

Refugio Comida
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Nochebuena y Navidad son dos de esas fechas marcadas en el calendario para reunirnos con la familia, compartir momentos especiales y poner sobre la mesa cenas y comidas especiales con las que disfrutar en buena compañía.
Pero no todas las personas tienen esa suerte. Y no solo porque la pandemia obligue a algunas de ellas a pasarla en un hospital o, en el ‘mejor’ de los casos, a guardar cuarentena en casa. Hay quienes directamente no tienen con quién compartir estas fechas señaladas o, directamente, viven en la calle, ajenos (quizás) a las celebraciones del calendario.
Los comedores sociales conocen bien estas circunstancias y cada año se esfuerzan por hacer más agradables estos días. En la Hermandad del Santo Refugio están preparando, como cada año, su menú especial para Nochebuena, que disfrutarán 291 personas.
Las 60 que están acogidas por la institución cenarán en sus instalaciones. Pero la situación sanitaria no permite abrir las puertas y se repite, como el año pasado, la fórmula del ‘táper’ para otras 231 personas, que recogerán su cena con un vale que se les ha entregado previamente.
El menú, que preparan la propia plantilla del Refugio (10 en total, 3 de ellos en cocina), consiste en unos entrantes a base de entremeses (con embutidos, fritos, langostinos y ensaladilla rusa), lomos de lubina en salsa verde, redondo de pavo en salsa de higos y, por supuesto, turrón.
FAMILIAS CON HIJOS Y TRANSEÚNTES
El perfil de quienes acuden esta noche al Refugio es “mixto”. “Hay personas que por diversas circunstancias viven en la calle”, explica Santiago Sánchez, Hermano Mayor de la institución. El seguimiento de los ‘sin techo’ lo realiza Cruz Roja, pero “podríamos estar hablando de unas 150 personas”. Pero también acuden “familias con uno o dos hijos a los que se les ha terminado el paro o que están todavía en algún ERTE y van muy ajustados de dinero”, lamenta.
Vivir una situación como esta es algo que puede pasarle a cualquiera. “No sabemos lo que tenemos hasta que no lo vemos, el gran problema de esto es que sin darte cuenta puedes pasar al otro bando en un momento determinado”, advierte. “He visto casos en los que era prácticamente imposible que pudieran estar en la situación que están, pero se conjuran los astros y puedes pasar una temporada en una situación cambiante”, insiste.
A pesar de las restricciones, el Refugio trata de mantener el espíritu con el que siempre había abierto sus puertas en Nochebuena. Antes de que el COVID invadiera nuestras vidas, hasta este comedor social venían “personas solas, mayores, que aparte de la cena tenían un rato de convivencia familiar y se sentían arropadas y acogidas en esas dos horas que duraba la cena”, recuerda Sánchez. En esta ocasión, como el año pasado, su objetivo es que “al menos puedan disfrutar de ese menú en su casa”.
DEL AURA AL COMEDOR DEL CARMEN
En el Comedor social de El Carmen también tirarán de ‘táper’ para su menú de Nochebuena aunque se servirá a mediodía, ya que la esta institución no da cenas. El equipo del Restaurante Aura, incluido su jefe de cocina, se encargan de preparar una suculenta propuesta, que consta de un aperitivo a base de langostinos y mejillones al vapor; fideua de marisco; y pavo con patatas, además de fruta y tarta de queso de postre.
Unas delicias de las que disfrutarán en torno a 220 personas, aunque solo 30 de ellas lo harán en el comedor social, ya que no tienen casa. El resto, se llevarán la comida. Gloria Pardos, coordinadora del Comedor Social, explica que muchos son “gente con problemas cuyas cabezas están al límite, han tenido tantas carencias en la vida que están malviviendo en la calle”. También hay “extranjeros que no tienen dónde ir”, personas sin trabajo “y con pocas opciones de encontrarlo” y un perfil cambiante: el de “mujeres que están en la calle, que antes no se veía y ahora sí”.
La cocina del Aura volverá a dar paso a los voluntarios el día de Navidad. Para ese día tan especial, ya están preparando un menú que contará con un aperitivo con jamón, chorizo y queso; canelones de pescado; ternera en salsa de champiñones y un postre de fruta y tarta. “Lo hacemos con mucho cariño, aquí el menú siempre es especial”, asegura Pardos. Además, y durante todo el invierno, quienes recogen sus menús se llevan también un caldo caliente que se toman al recogerlo. Una forma de templar el cuerpo (y un poquito el alma también) cuando el frío aprieta. Y no solo en la calle.