"Están destrozados": el drama de una familia entregada al acogimiento tras una pérdida irreparable

Una ciudad conmocionada, una familia rota y un país que se pregunta cómo pudo ocurrir. Todo por la sobrecogedora noticia de un bebé de 20 meses que falleció este martes en Linares al permanecer durante seis horas dentro de un vehículo por un fatal descuido de su padre de acogida. La tragedia ha golpeado a una familia que llevaba casi diez años entregándose al acogimiento de menores tutelados.

La autopsia confirmó que el pequeño murió por hipoxia. El hombre, que no llegó a dejar al niño en la guardería, se encuentra en libertad, colaborando con la Policía, que investiga el caso como un posible homicidio imprudente. Todo apunta a un “descuido trágico”.

Fue la madre de acogida quien, al ir a recoger al menor a la guardería, descubrió que no estaba allí. Al regresar al domicilio, ambos encontraron al pequeño aún dentro del coche. Nadie lo había visto: los cristales tintados del vehículo ocultaron una escena desgarradora. Pese a los esfuerzos de los sanitarios, no fue posible salvarle la vida.

 “Están destrozados, sin palabras”  

Charo Morales de Coca, presidenta de la Federación Andaluza de Familias de Acogida, rompió el silencio institucional con una declaración a COPE Jaén cargada de emoción y defensa férrea. “Un accidente fortuito está arruinando la vida de una familia intachable. Han abierto su casa, su corazón y su vida a más de una decena de niños que lo necesitaban”, afirmó.

Morales, visiblemente afectada, pidió respeto absoluto para su privacidad y dignidad: “Están destrozados. Merecen apoyo, cariño y que la sociedad no los juzgue desde el desconocimiento. El error de las familias acogedoras, si alguno hay, es amar demasiado, proteger demasiado”.

El mensaje desde la federación es claro: no dejemos que un accidente borre el valor inmenso de las familias que acogen, sanan y cuidan. “Estos menores son los más frágiles, y necesitan entornos cálidos. Que esta tragedia no detenga nuestra lucha para que todos los niños tengan una familia”.

 El duelo de una ciudad  

Linares entera siente este dolor como propio. Vecinos, docentes, amigos de la familia... todos coinciden en su entrega y humanidad. El padre solía ser visto jugando con sus hijos en el parque. Hoy, el silencio pesa en cada rincón.

Frente a la pérdida, el mensaje es uno: acompañar, no señalar. Porque a veces el amor también comete errores, y en esos momentos es cuando más necesita ser abrazado.