Sucedió este sábado. En un asador de Córdoba capital varias familias celebraban lo propio de estas fechas: Bautizos y comuniones. En una de ellas una señora de unos setenta años perdió el conocimiento. Estaba sufriendo un infarto. Los camareros, mientras llamaban al 061, buscaban expertos entre los salones. Tuvieron suerte. Ellos y la señora.

Rafael García Caballero, Policía Local de Córdoba, y Jacob Jorques Andrés, de la Policía Nacional, acudieron en auxilio de la mujer y aplicaron con aplomo unos conocimientos que todos deberíamos adquirir. La reanimación cardiopulmonar.

García no quiere considerarse un héroe, aunque seguro que la familia de la infartada tendría otra opinión al respecto. Se puede decir que fue un éxito familiar puesto que Jacob, el policía nacional, es sobrino de Rafael García. De todo lo vivido en un día que debía haber sido únicamente festivo, el agente se queda con la satisfacción de comprobar que los niños no sintieron la más mínima angustia y disfrutaron de un día inolvidable por lo bueno.