El hábito perjudicial cada vez más frecuente entre los jóvenes que buscan 'optimizar el tiempo': desde 2010 y con el móvil

Numerosos expertos advierten los riesgos de esta función que permiten los smartphones

El móvil se entrega de media a los 11 años


Sol Llaneza

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

A menudo, buscamos optimizar el tiempo que destinamos a reproducir contenido de vídeos, pódcast e incluso de audios de mensaje para aprovecharlo de la mejor forma posible en aquello nos gusta y disfrutamos.

Esto se traslada cada vez más a los contenidos que consumimos de forma online, una rutina a la hora de reproducir contenido rápido. Se trata de un hábito cada vez más popular entre la población joven, que buscan ahorrar tiempo mediante la reproducción a velocidad acelerada común de x 1,5 e incluso x2 de los contenidos online.

La reproducción de contenido a una velocidad que difiere de como la escucharíamos en nuestro día a día podría estar disminuyendo nuestra capacidad de concentración al acostumbrar a  nuestros sentidos cognitivos al consumo a una velocidad más rápida de lo normal que podría ser perjudicial para nuestro desarrollo cognitivo

Consumiendo videos Online foto Archivo

Alamy Stock Photo

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Como se adapta el cerebro al 'SPEEDWATCHING'

El speedwatching, o la visualización de videos a una velocidad acelerada, se introdujo en 2010 cuando la plataforma de YouTube introdujo esta función, siendo el primer medio en permitir a sus usuarios reproducir videos de forma volátil.

El cerebro, para procesar y retener de forma correcta la información, necesita comprender las palabras que recibe cognitivamente a través de los estímulos, lleva a cabo una codificación interna de la misma para poder almacenarla correctamente y en un futuro ser capaz de 'recuperarla', siendo esto señal evidente de que ha existido aprendizaje.

Sin embargo, la reproducción de contenido a una velocidad diferente a la que escucharíamos en la vida real se ha comprobado que puede derivar en un aprendizaje superficial, pues, la velocidad de reproducción es difícil de asimilar por el cerebro, que no está entrenado de forma natural para ello.

Se calcula que de media que el cerebro está capacitado para entender correctamente e interiorizar información a una velocidad media de habla de unas 150 palabras por minuto, con una capacidad de concentración eficaz media  de 20 minutos que se desvanece progresivamente.

Los adultos, los más afectados

Un estudio ha tratado de determinar a qué rango de edad afecta más de forma negativa la reproducción de contenido a velocidad rápida y de qué manera influye en el aprendizaje y en la memoria.

Para ello, se variaba la reproducción a diferentes velocidades de una videoconferencia, modificando su velocidad, sometiendo a los participantes a velocidades de reproducción de x1,25,x1,5 y x2,5

Una vez reproducido el contenido, la finalidad era poder evaluar los contenidos del video y determinar qué rango de edad recordaba mejor el contenido reproducido y cuál encontraba una mayor dificultad, a través de preguntas de opción múltiple.

Se llegó a la conclusión de que los adultos de entre 61 y 94 años que participaron en el estudio recordaban menos que las poblaciones de menos edad, concluyendo que la capacidad de comprensión a velocidades rápidas es menor entre los mayores cuando la reproducción de videos es mayor.

Fotografía de archivo joven

Alamy Stock Photo

Fotografía de archivo joven

El estudio concluyó que la población a la que menos influyó la velocidad en la capacidad de compresión, fue a el rango de edad entre los 18 y 36 años, que fue la que cometió menos errores en las pruebas de comprensión.

La conclusión a la que llegó fue a los jóvenes son los que más entrenada la capacidad  de poder manejar una mayor carga cognitiva , incrementando el desinterés al consumir contenidos a velocidad normal.

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