La forma en la que guardamos los alimentos en la nevera puede parecernos algo automático y basado en los gustos personales, pero en realidad esconden fallos y aciertos que pueden hacer que tengamos que tirar algunas comidas antes de tiempo. En particular, a la hora de guardar los yogures, solemos cometer uno de los mayores errores, y particularmente con uno de los productos más delicados y con los que más cuidado tenemos que tener.

De hecho, existe toda una serie de manuales y pautas que seguir cuando estamos organizando la nevera y acabamos de llegar con los artículo de la compra. La temperatura es clave a la hora de elegir colocar los yogures en un sitio, las verduras en otro o los refrescos.

DÓNDE NO COLOCAR LOS YOGURES

En muchas ocasiones optamos por colocar tanto la leche como los yogures en la puerta de la nevera. Las botellas de leche, por su altura, parecen idóneas para depositarlas en la balda que queda al abrir la puerta y donde, en realidad deberíamos reservar el espacio para zumos o refrescos. De igual manera, elegimos utilizar las repisas superiores de la puertas para depositar los yogures. En ocasiones, incluso, dejamos en ese hueco “otro tipo de yogures”, como aquellos que están a punto de caducarse.

Este es un terrible error, ya que en ningún caso deberíamos colocar lácteos de ningún tipo en ese hueco del frigorífico. Ni leche ni yogures. Este tipo de productos son especialmente delicados y en la puerta es donde más expuestos están a cambios de temperaturas, al quedar más lejos del interior de la nevera cada vez que se abre. Cualquier producto que pongamos ahí debe tener conservantes suficientes para aguantar las pérdidas de frío. De la misma manera, tampoco debemos colocarlos en la repisa de arriba ni en la de abajo, ya que pueden estar más lejos o demasiado cerca de la ráfaga de frío.

DÓNDE SÍ COLOCAR LOS YOGURES

Por ello, tenemos que tener claro donde sí que podemos colocar nuestro yogures, y la clave es la balda de en medio, donde se encuentra el mayor equilibro de temperatura en todo el frigorífico. De igual manera, los expertos recomiendo que reservemos el espacio superior para depositar aquellos productos que ya estén cocinados o se trate de conservas que ya han sido abiertas.

ORGANIZAR TU NEVERA

Igualmente, las verduras deben depositarse siempre en los cajones destinados especialmente para ello, pero con un matiz: no debemos lavarlos antes de introducirlos en el frigorífico, sino justo antes de empezar a consumirlos o a cocinarlos. De la misma forma, la balda inferior deberíamos reservarla para los productos más delicados: carnes, pescados o cualquier otro alimento especialmente perecedero.