Este caso ha originado un gran revuelo y malestar entre los amantes de los animales. Emma era una perrita de raza Shih Tzu que ha sido sacrificada, pese a gozar de un muy buen estado de salud, para poder ser enterrada con su dueña, según detalla la CNN.

Tal y como informa el medio estadounidense, la perrita, tras la muerte de su dueña fue llevada a un refugio de animales del Condado de Chesterfield en Virginia (EE.UU.). La mujer había dejado escrito en sus últimas voluntades que la enterraran junto a su mascota lo que provocaba un problema para las autoridades porque tenían que matar a una perra que estaba sana.

Para evitarlo, los directores del refugio enviaron cartas al albacea de la fallecida pidiéndole que hiciera todo lo posible y diera su autorización para buscar una familia a Emma y abandonar la idea de sacrificarla porque no había ninguna necesidad de acabar con la vida de la perrita, salvo esa última voluntad de su dueña que ya había muerto.

Pese a todos los esfuerzos y a que era muy fácil encontrar una familia para Emma, no se ha podido evitar su muerte y el 22 de marzo sacaron al animal del refugio y la llevaron al veterinario local que la mató. Los restos incinerados de la perrita fueron enterrados junto a su dueña, cumpliendo así sus últimos deseos.

La ley en Virginia prohíbe enterrar restos de animales en cementerios comerciales, pero en este caso ha sido enterrada en un cementerio privado. Veterinarios entrevistados por NBC 4 han cuestionado la actuación del colega que ha terminado con la vida de Emma de forma innecesaria, un caso de eutanasia animal que es legal siempre que la lleven a cabo veterinarios con licencia aunque pueden negarse a practicarla si el animal está bien.