3ª FERIA VIRGEN DE LOS LLANOS
Oreja de Chicharro en Albacete y vueltas al ruedo de Moreno y Mazo en Albacete
Variada novillada del hierro de Antonio López Gibaja con un quinto premiado con la vuelta al ruedo.
Albacete - Publicado el - Actualizado
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Lorenzo del Rey | COPE Albacete
La tercera de abono y segunda novillada picada del serial, dejó al descubierto la realidad del abono albacetense. Algo menos de media entrada en un cartel previo a la parte mollar de la Feria es entendible y lógica. Luego llegarán los días de estrecheces, llegar tarde a la localidad, las colas en los accesos y el casi seguro “No hay billetes” del próximo 14 de septiembre. Mientras tanto, los incondicionales que no fallarán ni un solo día presenciaron una novillada de buena estampa, con tres novillos con opciones y uno de ellos premiado con una vuelta al ruedo que se antoja excesiva. Jesús Moreno tuvo el mejor lote mientras que Francisco Mazo pechó con el peor. Al primero la espada, y al segundo un lote imposible, le privaron de un triunfo que necesitaban y ansiaban. Las vueltas al ruedo que dieron son esperanzadoras y ya sabe que es lo último que se pierde. Por último, Chicharro estuvo más pendiente del debate con el director de la banda de música que de un toreo que sólo llegó casi al final de su faena. La oreja lograda fue de poco peso pese a tener uno de los mejores novillos del encierro.
“Umbroso” como primero fue a parar a manos de un afanoso Jesús Moreno que dejó un recibo a la verónica de más a menos, con blandeo del utrero al finalizar los lances. Hizo sonar el estribo en el peto, cabeceando con la cara alta, sin emplearse y saliendo con mínimas fuerzas, que no remontaron en unas banderillas poco reunidas. Brindó al cirujano de la plaza, Pascual González Masegosa, y comenzó a tejer su obra de uno en uno al principio y con más continuidad después frente a un novillo embestidor y noble que seguía la muleta con devoción y que, pese a faltarle fuerza, dio opciones por el pitón derecho que Jesús aprovechó pero no exprimió al máximo, viéndose un desarme. Bajó la intensidad al natural porque el trasteo fue menos claro pese a también moverse con clase el novillo. Tras pinchazo soltando y estocada caída y atravesada, más un golpe de descabello, el toro se echó, terminando el puntillero con su vida.
Ya en el cuarto, que se llamaba “Auténtico”, hubo cierta sensación de resaca tras la merienda -va sin doble intención- y hasta el puyazo que no llegó a cumplir, la plaza parecía aletargada. El utrero fue hasta toriles y luego se dolió tras el contundente par de Adalid, que después se desmonteró. Salió con la cara alta en los capotazos y después Jesús lo citó en la larga distancia en un inicio algo intermitente con pases cambiados y luego le administró una serie por bajo con dominio que fue gozada por el público. Sumó una más despegado y con algún toque de muleta para volver a subir revoluciones en otra con ligazón. Al natural, alternó pases de buen trazo con otros más sucios. Una faena de altibajos donde se lució mucho al llevarlo metido en la muleta y que no llegó a ser rotunda por los enganchones y la tendencia del novillo a desentenderse de la muleta. Pinchó dos veces y dejó una estocada trasera con cinco golpes de puntilla, además. La vuelta al ruedo, ganada a pulso. Y de justicia por el esfuerzo de toda la tarde.
“Código” se llamaba el segundo, un negro jirón que buscó el percal aunque sin terminar de entregarse, para no dejar nada destacable en el peto. Después, se desentendió de la suerte en banderillas tras el segundo par, llegando a dolerse. Chicharro lo fue moldeando con alguna intermitencia hasta que el molde se rompió por culpa de una embestida que se apagó pronto. Aún así, le arañó algún natural haciéndolo todo el novillero. Cierta movilidad, sí, pero quedándose corto y con la cara alta. Lo mejor, la bien ejecutada estocada que fue habilidosa y pasada.
“Alcahuete” que hizo quinto cumplió en los primeros tercios, poniéndose de rodillas ya con la muleta y tras un par de series donde el utrero se desplazaba, Chicharro pidió de vehemente manera la música, que no empezó a sonar. Siguió al natural con más ruido que nueces, y después fajándose a derechas con él mientras seguía el debate de música sí o no en los tendidos. Con más preocupación de los acordes que de los muletazos, se vieron series algo aceleradas con otras con mando, siendo un par de ellas muy celebradas tras negarse el novillero a que sonase la música y ponerse el resorte le de su parte. Mató de estocada contraria y tendida, tardaba en caer, y tuvo que usar el descabello en tres ocasiones. La petición mayoritaria y oreja concedida porque el reglamento obliga, son más para la estadística que otra cosa. Y vuelta al ruedo al novillo que tampoco fue demandada por el público.
“Cordobés” lidiado en tercer lugar y que el ganadero confesó que podría dar opciones, salió pidiendo papeles desde el principio en el capote de Mazo que ya hizo bastante con pararlo. En el caballo, se arrancó de lejos pero cantó la gallina, con la cara alta y golpeando el estribo. Perdió las manos en el primer capotazo en banderillas y prendió de la chaquetilla a Víctor Martínez, sin resultar herido, aparentemente, aunque tuvo que parear Javier Perea con su habitual solvencia, siendo aplaudido unánimemente aunque saludo sin desmonterarse. Mazo brindó a Óscar Cantos y comenzó en los medios una labor de cercanías debido al escaso viaje del de López Gijaba que terminó derivando muy a la defensiva. Mazo lo intentó pero poco pudo hacer salvo cubrir el expediente que llegó a darle un par de sustos en sendos arreones. Quizás fue un trago innecesario porque el utrero llevaba tiempo visto para sentencia. Claro que quería triunfar a toda costa, y eso es entendible, pero a veces el corazón tapa a la razón. Se tiró a matar y dejó un pinchazo sin soltar y luego una estocada delantera. Hubo petición pero no llegó a ser mayoritaria que la presidenta Armero no atendió, dando Francisco una valiosa vuelta al ruedo con sabor a trofeo.
“Asombrado” cerró plaza y provocó un susto a Mazo con el capote al ser arrollado, a Dios gracias sin consecuencias. Sin demasiado ruido ni brillo pasó el novillo por puya y rehiletes para llegar a la muleta del albacetense sin fuerzas, fuelle ni casta. De nuevo, Francisco volvió a apelar a la heroica, estando de nuevo en el alambre por los riesgos asumidos y viendo como la oportunidad ofrecida se evaporó ante un lote imposible. El desarme final fue un buen resumen de la frustración que sentimos todos. El fallo a espadas fue lo de menos.