TOROS AZPEITIA
La maestría de Urdiales brilla en Azpeitia (Gipuzkoa) donde cala también el poder de Luque
El diestro Diego Urdiales cortó hoy dos orejas tras una genial faena a un buen toro de Ana Romero y salió a hombros en el primer festejo de la feria de San Ignacio de Azpeitia (Gipuzkoa), donde también brilló la capacidad de Daniel Luque, que se cerró la Puerta Grande con el descabello.
Publicado el - Actualizado
3 min lectura
El diestro Diego Urdiales cortó hoy dos orejas tras una genial faena a un buen toro de Ana Romero y salió a hombros en el primer festejo de la feria de San Ignacio de Azpeitia (Gipuzkoa), donde también brilló la capacidad de Daniel Luque, que se cerró la Puerta Grande con el descabello.
Urdiales emborronó con el acero una notable faena al que abrió plaza, un toro enclasado pero medido de fuerzas de Ana Romero al que el riojano fue ahormando a base de suavidad y buen oficio, dominando alturas y distancias para sacar a relucir el buen fondo del animal y acabar poniendo firma también a varias series por naturales de exquisito trazo.
Abrochó labor con torerísimos adornos, y cuando tenía el triunfo en la mano dos pinchazos previos a la estocada final hizo que todo quedara en una gran ovación desde el tercio.
Lo verdaderamente grande llegaría en el cuarto, un muy buen toro de Ana Romero con el que surgió el toreo de Diego Urdiales en su acepción más grandilocuente. Reposo, temple, pureza, expresión, mando... Todo lo que se diga es poco para narrar la dimensión real de la faena del riojano.
Labor de notable ritmo, de gran verdad en lo fundamental y extraordinaria torería en los remates. Sin una fisura. La gente disfrutó de lo lindo de la maestría del de Arnedo, que se recreó tanto al natural como en el toreo en redondo, dando forma a una auténtica obra de arte. Dos orejas sin discusión.
A Daniel Luque no hay toro que se le resista. Está en un momento que lo ve todo con una claridad pasmosa y se adapta a la perfección a cada animal que le toca en suerte para exprimir al máximo todas sus virtudes por pocas que puedan ser.
Así aprovechó la noble condición del segundo, lastrado por sus escasas fuerzas, y al que condujo a media altura con un temple y un gusto sensacional, gustándose en la interpretación, relajado, componiendo muy bien en los embroques y, lo más importante, llevando muy toreado al de Ana Romero, al que cortó una merecida oreja.
Con el quinto volvió a rayar a un grandísimo nivel Luque para imponerse a un animal exigente al que metió en la muleta a base de firmeza, de ponerse de verdad, sin aliviarse lo más mínimo, muy sincero todo. Así acabó logrando series de una gran entidad sobre ambas manos para el deleite de unos tendidos que vibraron con la dimensión del de Gerena.
Tenía las dos orejas prácticamente aseguradas, pero la estocada no fue suficiente para hacer doblar al de Ana Romero y acabó atascándose con el descabello. Una lástima. La vuelta al ruedo que dio, eso sí, son de las que valen su peso en oro.
Diego Carretero fue silenciado en su primer turno después de haber andado decidido pero sin brillo ante un toro reservón y complicado. Tampoco dijo mucho el manchego con el noble sexto en una labor en la que primó la cantidad sobre la calidad.
FICHA DEL FESTEJO
Seis toros de Ana Romero, bien presentados y de juego muy interesante en conjunto. Blandos pero con mucha clase los dos primeros; complicado por reservón el tercero; el cuarto fue un gran toro; el exigente quinto tuvo transmisión; y noblote y manejable el sexto.
Diego Urdiales, de azul marino y oro: dos pinchazos y estocada (ovación); estocada (dos orejas).
Daniel Luque, de grana y oro: estocada (oreja); estocada desprendida y varios descabellos (vuelta al ruedo).
Diego Carretero, de burdeos y oro: pinchazo y media (silencio); estocada (silencio).
La plaza registró tres cuartos largos de entrada en los tendidos.



