Ignacio, presidente de la Sociedad Española de Cardiología: "Este medicamento no tienen que tomarlos todos los pacientes después de infarto, pero ojo a que todo el mundo lo suspenda"
Millones de pacientes que toman este fármaco a diario podrían dejar de necesitarlo si su función cardíaca es normal, según un macroestudio liderado por el CNIC

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Los betabloqueantes, uno de los fármacos más recetados de por vida tras sufrir un infarto y que toman alrededor de 1,2 millones de personas solo en España, podrían tener los días contados para una gran parte de estos pacientes.
Un estudio liderado por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) ha concluido que este medicamento no aporta ningún beneficio clínico en pacientes que, tras un infarto de miocardio, mantienen una función cardíaca normal. Así lo ha explicado Ignacio Fernández Lozano, jefe de Cardiología del Hospital Puerta de Hierro y presidente de la Sociedad Española de Cardiología, en el programa 'Herrera en COPE'.

Infarto
Las primeras conclusiones, presentadas en agosto, generaron "bastante escepticismo" al coincidir con estudios daneses y noruegos que sugerían un pequeño beneficio. Sin embargo, un reciente metaanálisis que agrupa los resultados de 17.000 pacientes de estudios de España, Dinamarca, Noruega, Japón y Suecia, ha confirmado la tesis española. "La razón estaba del lado del estudio español", ha sentenciado Fernández Lozano.
¿Quién debe seguir tomando betabloqueantes?
El doctor ha querido lanzar una advertencia ante la noticia: existe la "preocupación" de que muchos pacientes dejen de tomar la medicación por su cuenta. Ha subrayado que la suspensión del fármaco solo aplica a aquellos pacientes postinfarto con función cardíaca preservada. Aquellos que los toman por otras razones, como controlar la tensión arterial o tratar arritmias cardíacas, deben continuar con el tratamiento.
No tienen que tomarlos todos los pacientes después de infarto, pero ojo a que todo el mundo lo suspenda"
Cardiólogo
Por tanto, el especialista ha recalcado que deben seguir tomándolos "todos los pacientes posinfarto que tengan una función cardíaca disminuida". La conclusión principal del estudio, según el doctor, es la importancia de la supervisión médica: "Hay que consultar al médico si tienen que seguir con ellos o no".
Efectos secundarios y ahorro sanitario
La retirada de este fármaco evitaría también sus posibles efectos secundarios, como astenia, insomnio, disfunción eréctil o pérdida de libido. Aunque los betabloqueantes más modernos y cardioselectivos han reducido estos efectos, "todos los fármacos tienen un grado de efectos secundarios".
Además, la medida supondría un importante ahorro para la sanidad pública, ya que, aunque una caja no sea muy cara, la suma de miles de pacientes que dejarían de necesitarla representa un ahorro considerable.
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