La exposición a dioxinas y furanos a través de la dieta incrementa el riesgo de aumentar el peso corporal y de acumular grasa, según una investigación de la Unidad de Nutrición Humana de la Universidad Rovira i Virgili (URV) y del Instituto?de Investigación Sanitaria?Pere Virgili (IISPV).

La investigación, que ha revelado que el 87 por ciento de la población estudiada supera los niveles dietéticos tolerables de estos contaminantes persistentes, ha encontrado que los participantes en el estudio que tenían una mayor ingesta dietética de dioxinas y furanos tenían un índice de masa corporal y un perímetro de cintura más elevados que el resto, y presentaban un mayor riesgo de aumento del perímetro de la cintura después de un año de seguimiento.???

Aunque son varios los factores que contribuyen a la obesidad, como la genética, el sedentarismo y los hábitos alimentarios poco saludables, según los investigadores, hay un factor menos conocido, que son los contaminantes orgánicos persistentes.

Según los autores del estudio, las dibenzoparadioxinas y furanos policlorados figuran entre los contaminantes persistentes más tóxicos que, tras ser liberados a la atmósfera, se depositan sobre el suelo y la vegetación, son altamente insolubles en agua y se degradan muy lentamente, con lo que pueden acumularse en los organismos y entrar en la cadena alimentaria.

Las dioxinas pueden acumularse en el cuerpo humano durante casi una década, y más de un 90 % de la exposición total proviene de fuentes dietéticas.

La investigación se ha efectuado sobre una muestra de 5.899 personas voluntarias, de entre 55 y 75 años, que participan en el estudio Predimed-Plus y a las que se les hizo un cuestionario sobre su dieta.

Los investigadores también evaluaron la adiposidad y el estado de obesidad mediante el índice de masa corporal y el perímetro de cintura.

Los resultados han revelado que un 87 por ciento de la población estudiada supera los niveles tolerables de estos contaminantes persistentes tóxicos establecidos por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria.

Según el trabajo, los principales alimentos que contribuyen al total de exposición son la carne roja, el pescado y el marisco.?

Este es el primer estudio que explora la asociación entre la ingesta dietética de dibenzoparadioxinas y furanos policlorados y la adiposidad, según los investigadores, que han alertado de que estos compuestos químicos suponen un grave riesgo para la salud, por lo que proponen controlar su exposición y mantener medidas profilácticas para reducir sus niveles.

"Las dioxinas y furanos no se pueden eliminar una vez acumulados en los alimentos. La única manera de reducir la exposición humana es desde su origen, es decir, reduciendo los niveles de contaminantes en el medio ambiente, mediante controles rigurosos de los procesos industriales con la intención de minimizar la formación de estos compuestos tóxicos", ha advertido María Ángeles Martínez, una de las investigadoras del estudio, que aconseja mantener una dieta equilibrada y no abusar del consumo de alimentos de origen animal, que son los que acumulan más dioxinas y furanos.