El inaudito origen de la cinta americana: una madre coraje en la II Guerra Mundial
Descubre aquí la historia detrás del objeto indispensable para MacGyver y muchos otros manitas

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La cinta americana es pura versatilidad: desde hacer una chapuza en casa hasta arreglar un avión (en realidad la que se utiliza en la ingeniería aeroespacial no es exactamente la misma cinta, pero parte de la misma idea).
A diferencia de la tortilla francesa, que tiene origen en España, o el sombrero Panamá, que en realidad se creó en Ecuador, la cinta adhesiva sí es, efectivamente, americana, de Estados Unidos.
Cualquiera pondría la cinta americana en la lista de objetos más útiles inventados en el siglo XX, junto a las maletas con ruedas, que no se inventaron hasta los años 70 -las mudanzas antes de eso debían ser curiosas-, y, de hecho, llegó en un momento crucial: en plena II Guerra Mundial, aunque en un primer momento la idea no tuvo mucho éxito… Te lo contamos todo sobre el origen y sobre, cómo no, su inventora, Vesta Stoudt.
UNA MADRE CORAJE EN LA II GUERRA MUNDIAL

Munición IIGM
Vesta nació en 1891 en Prophetstown, un pequeño pueblo de Illinois. Tenía una vida común para la época, bastante ajetreada por ser madre de ocho hijos. Cuando estalló la II Guerra Mundial, dos de ellos se alistaron en la Marina Estadounidense, y ella, a sus 50 años, se puso a trabajar en una fábrica de artillería.
Su trabajo consistía en supervisar y empaquetar los cartuchos de munición, que entonces se almacenaban en robustas cajas selladas para evitar que entrase humedad. Vesta se dio cuenta de que esas cajas eran bastante difíciles de abrir, requerían tiempo y fuerza, y pensó en lo poco conveniente que resultaba en el campo de batalla tener que pararse para abrir una caja de munición; podía llegar a convertirse en una cuestión de vida o muerte.
EL DESARROLLO DE LA CINTA AMERICANA
Con la imagen de sus hijos en mente, empezó a buscar la manera de hacer el proceso más sencillo, hasta que dio con la solución: una cinta de tela impermeable adhesiva que mantuviese las cajas cerradas pero fuese fácil de rasgar. Vesta presentó su diseño a sus superiores en la fábrica, pero lo desestimaron.
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Empeñada en que su invento podía salvar vidas, en 1943 escribió una carta dirigida al presidente Roosevelt explicando por qué era tan urgente que se modificasen las cajas de munición. Roosevelt, impresionado por su iniciativa y considerando que se trataba de un problema real, remitió el escrito a la Junta de Producción de Guerra, la agencia encargada de la producción y distribución de materiales y combustible durante la guerra.
La patente llegó hasta la empresa Johnson & Johnson, que entonces dedicaba su actividad a la fabricación de vendajes quirúrgicos. A partir de la idea de Vesta, crearon una cinta impermeable y resistente que no solo se utilizaría para sellar las cajas de munición sino también para reparar uniformes, material militar o incluso sellar heridas en caso de emergencia.

Vesta Stoudt
Vesta recibió el Premio al Trabajador de Guerra del diario Chicago Tribune y, antes de su fallecimiento en 1966, pudo ver cómo su inquietud por la seguridad de sus hijos se acabó convirtiendo en uno de los objetos imprescindibles no solo para los hogares sino también para industrias tan importantes como la aeroespacial o, por supuesto, la militar.
De hecho, aunque Vesta no llegó a presenciar este momento histórico, la cinta americana fue imprescindible para la reparación del Apolo XIII en 1970, cuando, en su regreso a la órbita, tuvieron que arreglar el sistema de ventilación que permitió que los astronautas llegasen con vida.
¿CÓMO SE LLAMA LA CINTA AMERICANA EN estados unidos?
Como es de esperar, la denominación “cinta americana” es puramente española. Allí se conoce como “duck tape” o “duct tape”. El primer nombre, que toma la palabra “duck” de la forma inglesa de “pato”, por sus características impermeables, corresponde a un invento anterior, una cinta de algodón resistente al agua creada en el siglo XIX. El nombre “duct tape” es algo posterior, y se adoptó con la llegada de los sistemas de calefacción y aire acondicionado cuando los técnicos empezaron a utilizarla para reparar los conductos, en inglés “duct”.