El 'fantasma español' que vaga por un castillo de Escocia: la leyenda que creó Inglaterra para desmerecer la ayuda de España a sus rivales y burlarse
El castillo en las 'Highlands' de Eilean Donan atesora, según la leyenda, un fantasma de nombre Carlos que ayudó a los escoceses a librarse de los ingleses

Castillo de Eilean Donan
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'El fanstasma de la Ópera', 'Casper' o 'La Llorona'. Son algunos de los fantasmas más famosos que han ocupado las grandes pantallas y también las de nuestra casa, y que, en cierta forma, nos han hecho enternecernos. Esos personajes que venían del otro mundo y que, aún así, eran capaces de conectar con los vivos.
Y es que en la literatura y en el cine, estos entes que se quedaban entre la frontera de un mundo y otro, eran objeto de muchas historias. No es para menos, porque lo paranormal siempre ha sido un deseo oculto del ser humano: aquello que no podemos conocer y que deseamos fervientemente controlar.

Castillo de Eilean Donan
Ya entra en el imaginario de cada uno creer en estas historias o no, pero es innegable que estas creencias son connaturales al ser humano. Sin embargo, muchas de estas leyendas de fantasmas han sido creadas, o bien para asustar a las masas, o bien para desprestigiar y ridiculizar a algún personaje histórico.
Y esto es precisamente lo que hizo Inglaterra en un castillo escocés, creando una leyenda que aseguraba que, en él, hay un fantasma español que vaga por ahí ahuyentando a los visitantes.
El apoyo español a Escocia
Este inocente fantasma que vaga por el castillo escocés de las Tierras Altas de Eilean Donan no tiene, en realidad, nada de 'inocente' en lo que se refiere a su creación. Y es que esta leyenda llega del apoyo que España prestó a Escocia en la Edad Moderna.
Pongamos, antes de centrarnos en este fantasma, en contexto esta historia. Nos tenemos que remontar hasta el año 1719, aunque estas rebeliones comenzaron algunas décadas antes. Se trata de las rebeliones Jacobitas.
Unos levantamientos que surgieron en Inglaterra, Escocia e Irlanda por parte de los escoceses, que querían restaurar la dinastía Estuardo en el trono, a manos del rey Jacobo II. Así pues, los levantamientos se sucedieron a lo largo de los años, culminando en 1746 con la derrota de los jacobitas.

Grabado de las revueltas jacobitas
Y para encontrar a nuestro fantasma patriota tenemos que irnos hasta el año 1719, en el tercer levantamiento jacobita. Teniendo España a Inglaterra como enemigo natural e histórico, se decidió a ayudar a los escoceses en la restauración de los Estuardo.
Así, desde Galicia, un regimiento gallego, el Regimiento Galicia, con más de 300 hombres, acudió a las Tierras Altas escocesas en ayuda de los jacobitas. Para luchar contra los ingleses, se establecieron en el castillo escocés de Eilean Donan situado en un punto estratégico.
La idea era reforzar la defensa del castillo y, sin embargo, no duró mucho tiempo. Enterados los ingleses de la presencia española, fue cuestión de tiempo que atacasen vilmente.
La leyenda del fantasma español
Los ingleses, enterados de la presencia española en Eilean Donan y viendo la bandera de nuestra corona, se decidieron a atacar prestamente. Lo hicieron con múltiples explosivos, dejando la defensa escocesa-española fuertemente debilitada.
Pese al atrincheramiento español intramuros, los ingleses derrotaron a los jacobitas y, en consecuencia, a los españoles que les asistían. Pero la cosa no quedó ahí.

Ventana del Castillo de Eilean Donan
Cuando consiguieron derruir parte del castillo y hacer añicos la resistencia escocesa, los ingleses apresaron a casi 40 españoles que fueron llevados a Edimburgo. La negociación con España no tardó en llegar y dejaron a los prisioneros volver a casa, aunque la humillación les acompañó durante años.
Para hacer entender a España que su ayuda no había servido de nada, crearon una leyenda de un fantasma que vagaba por el castillo sin poder huir de los ataques ingleses. El fantasma, según su teoría, es un soldado español que jamás pudo huir de Eilean Donan.
Llamado Carlos y con una casaca blanca, se dice que se pasea a día de hoy por los muros del castillo, gimoteando y llorando porque nunca pudo volver a España con sus compañeros.



