Las dos islas que puedes cruzar andando, pero están separadas por un día entero: la distancia entre el Museo del Prado y el Santiago Bernabéu

Estos dos territorios se encuentran a menos de 4 kilómetros, pero a una gran distancia temporal

Islas Diomedes

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Islas Diomedes

Beatriz Calvo

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Menos de 4 kilómetros de distancia, pero un día de diferencia. Es lo que separa a dos islas conocidas como Gran Diomedes y Pequeña Diomedes. Estos dos pedazos de tierra ubicados en el estrecho de Bering, localizado entre el Pacífico Norte y el océano Ártico, comparten mucho entre sí y al mismo tiempo son muy distintas. 

Gran Diomedes tiene una superficie de unos 29 kilómetros cuadrados, pertenece a Rusia y no cuenta con población civil, tan solo vive allí personal militar del país liderado por Putin. 

Por su parte, Pequeña Diomedes es de Estados Unidos, concretamente forma parte del estado de Alaska, su superficie son unos 7 kilómetros cuadrados y en ella vive un pequeño grupo de población indígena, de unas 100 personas.

Islas Diomedes

una distancia de 4 kilómetros

La distancia entre ambas no alcanza los 4 kilómetros. Aunque están separadas por el mar, hay una época del año en la que se puede pasar a pie de una a otra y es que cuando el agua se congela, en apenas una hora podríamos ir de una a otra. 

Es lo que tardaríamos andando, en línea recta, desde el Museo del Prado hasta el estadio Santiago Bernabéu, de la Sagrada Familia al Castillo de Montjuic o de la Catedral de Sevilla al Benito Villamarín. 

MUSEO DEL PRADO

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MUSEO DEL PRADO

21 horas de diferencia

Lo más curioso de las islas Diomedes es que, pese a su corta distancia, están separadas por casi 24 horas de diferencia. Entre ambas, cruza lo que se conoce como la Línea Internacional de Cambio de Fecha. 

Por ejemplo, cuando en la isla rusa son las 8 de la mañana de un lunes, en la estadounidense todavía es domingo, más concretamente las 11 de la mañana. Esto supone una diferencia horaria de 21 horas, y es que, aunque estén separadas por la Línea de Cambio de Fecha, la diferencia no es de 24 horas porque cada estado fija sus husos horarios.

la historia de las islas diomedes

En sus orígenes, las islas del estrecho de Bering estaban habitadas por poblaciones indígenas. En el año 1648, el explorador ruso Semyon Dezhnyov pasó cerca de la zona, aunque no dejó un registro detallado de las islas.

No fue hasta 70 años después, cuando el danés Vitus Bering, al servicio del Imperio ruso, exploró oficialmente el estrecho y les dio el nombre de Islas Diomedes en honor al santo con el mismo nombre, que se celebra, según el calendario ortodoxo, cada 16 de agosto, fecha en la que fueron avistadas. 

En 1867, Estados Unidos compró Alaska a Rusia y la pequeña Diomedes pasó a ser estadounidense, mientras la grande siguió formando parte de Rusia (entonces la URSS). En esta época, aunque ya existía la frontera, los habitantes de ambos territorios podían moverse con libertad entre ellos. 

Esto cambió en la Guerra Fría, cuando la Unión Soviética militarizó su isla y expulsó a la población nativa que vivía en la misma. En este momento, cruzar de una a otra quedó prohibido. 

Con la caída de la URSS, la situación no cambió. Y a día de hoy, cada isla forma parte de un país distinto, una tiene población civil y la otra no y ambas están separadas por un día de diferencia, lo que hace que se conozcan como la Isla de Mañana y la Isla de Ayer. 

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