Cristóbal Colón llegó a una isla de este país para descubrir América: un error impide saber cuál es cinco siglos después
La auténtica Guanahaní sigue siendo un misterio entre la isla de Cat, la isla de Watling, las Turk Islands, Samana Cay, Mayaguana, Egg Island, Conception Island, Caicos Island y Plana Island

Colón toma posesión de la nueva tierra. Cristóbal Colón, arrodillado, portando una bandera y una espada, y otros dos hombres con banderas. Detrás de Colón, se ven otros hombres en tierra y en barcos, y tres barcos al fondo. En la isla que Colón nombró, San Salvador, posteriormente llamada Isla Watling. Reproducción histórica restaurada digitalmente de un original del siglo XIX.
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La llegada de Cristóbal Colón a América sigue envuelta en un misterio cartográfico. Aquel 12 de octubre de 1492, Rodrigo de Triana gritó “¡Tierra!” desde la carabela Pinta. Habían visto una pequeña isla del archipiélago de las Lucayas, en la actual Bahamas, que sus habitantes llamaban Guanahaní y que el almirante bautizó como San Salvador. Sin embargo, más de cinco siglos después, aún no se sabe con certeza cuál fue exactamente esa primera tierra americana avistada por los europeos.
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Lo que parecía un hito de precisión geográfica ha resultado ser una incógnita sin resolver. La reconstrucción de la ruta que siguieron las naves de Colón desde La Gomera hasta el primer punto de América se basa en anotaciones del Diario de a bordo, un texto del que no se conserva el original y que conocemos únicamente por un resumen elaborado por Bartolomé de las Casas.
Esa falta de un documento directo ha abierto la puerta a múltiples interpretaciones y teorías que sitúan el histórico desembarco en distintas islas del Caribe, todas ellas en las Bahamas.
El enigma de Guanahaní
Aunque Colón afirmó haber visto una luz en la noche previa al descubrimiento, numerosos expertos han cuestionado esa observación, ya que las carabelas se encontraban aún a más de 25 millas náuticas de la costa. Lo más probable, sostienen algunos historiadores como Cesáreo Fernández Duro, es que la misteriosa luz proviniera de otra embarcación y no de tierra firme.

Desembarco de Cristóbal Colón en la isla de San Salvador el 12 de octubre de 1492, posteriormente llamada isla Watling
Pero la cuestión de fondo no es la luz sino la isla. La mayor parte de los intentos por identificar Guanahaní han fracasado por un motivo claro: los datos disponibles no son precisos ni consistentes. El Diario de Colón, aunque valioso, no es una fuente exacta de navegación. Las distancias, rumbos y descripciones geográficas que ofrece deben interpretarse, adaptarse o incluso descartarse para que encajen con una isla concreta. Y ahí es donde comienzan los problemas.
Desde el siglo XVIII hasta hoy, se han propuesto numerosas candidatas: Watling Island (actual San Salvador), isla de Cat, Samana Cay, Mayaguana o incluso islas menores como Egg Island o Conception Island. Algunas teorías incluso consideran las Islas Caicos o Plana Island como posibles ubicaciones.

Desembarco de Cristóbal Colón en la isla de San Salvador el 12 de octubre de 1492, posteriormente llamada isla Watling
Los estudios más recientes han descartado reconstruir la ruta atlántica como método fiable, debido al margen de error acumulado tras tantos días de navegación sin instrumentos modernos. Por eso, los investigadores se han centrado en comparar el texto del Diario con mapas antiguos y relatos secundarios, como los del propio Las Casas o los informes posteriores del segundo viaje de Colón.
Una hazaña con sombra de duda
Resulta paradójico que la hazaña geográfica más trascendental de la historia —la llegada de Europa a América— no tenga un punto de inicio claro. La falta de una fuente primaria directa ha condenado a Guanahaní a la incertidumbre, pese a los cientos de trabajos académicos y ensayos históricos que han intentado esclarecer el enigma.
Ni los estudios del Instituto Histórico de la Marina ni las investigaciones del Museo Naval de Madrid han logrado resolverlo de manera definitiva. Incluso figuras como Alexander von Humboldt o Washington Irving participaron en este debate, cada uno apostando por una isla distinta.

Mapa de Guanahani o San Salvador que muestra la isla Watling, donde Cristóbal Colón tocó tierra en 1492
Y mientras los académicos siguen debatiendo, la historia mantiene su velo. Hoy, la auténtica isla del descubrimiento sigue sin nombre. O, mejor dicho, con demasiados. Quizá nunca sepamos cuál fue la primera tierra americana que pisó Cristóbal Colón, pero ese misterio no resta un ápice de relevancia a la gesta.
Más que una isla concreta, Guanahaní representa el umbral simbólico entre dos mundos. Una puerta abierta en la mar del Caribe, envuelta en bruma histórica y atravesada por una flota que cambió el rumbo del planeta para siempre.