Lydia Viñuela, psicóloga: "¿Por qué me obsesiono con alguien que no me corresponde? Si sigo teniendo contacto es por lo que llamamos esperanza"
La psicóloga Lydia Viñuela analiza los mecanismos de refuerzo y las reglas verbales que nos mantienen enganchados a una persona que no siente lo mismo

Lydia Viñuela, en el vídeo
Publicado el
2 min lectura
La psicóloga Lydia Viñuela ha explicado en sus redes sociales los motivos por los que una persona puede obsesionarse con alguien que no le corresponde. Según la experta, no se trata de que guste la falta de correspondencia, sino que la persona en cuestión emite una serie de reforzadores que resultan atractivos y a los que se desea seguir teniendo acceso.
Los reforzadores: el origen de la obsesión
El problema, según Viñuela, es que como esa persona no corresponde, acceder a esos reforzadores se vuelve mucho más difícil y los que se obtienen son más limitados. La psicóloga pone un ejemplo claro: "Te gustaría abrazarla, besarla y de momento lo único que podéis hacer es hablar por WhatsApp y quedar de vez en cuando a tomar un café". Esta limitación es clave en el desarrollo de la fijación.
Las conductas de obsesión, como revisar sus redes sociales o escribir con frecuencia, tienen como objetivo "intentar acceder a esos reforzadores que aún no tienes o buscar alternativos". Viñuela señala que acciones como ver sus fotos o mantener una conversación por chat se convierten en sucedáneos del contacto deseado.

Un camarero sirve a una joven pareja que está disfrutando en un café al aire libre en Tarragona
Incluso a nivel mental, se tiende a pasar mucho tiempo pensando en esa persona. "Realmente no puedo estar con ella, pero en mi cabeza sí puedo imaginarme escenas en las que estamos juntos y somos pareja y eso me hace sentir bien", aclara la psicóloga.
Realmente no puedo estar con ella, pero en mi cabeza sí puedo imaginarme escenas en las que estamos juntos y somos pareja"
Psicóloga
La esperanza, el motor de la insistencia
Entonces, ¿por qué se mantienen estas conductas? La clave está en la anticipación y la esperanza. "Si sigo teniendo contacto con él es mucho más fácil que en un futuro le guste y sobre todo por lo que llamamos esperanza", explica Viñuela. Esta esperanza no es más que una serie de reglas verbales que vinculan las acciones presentes con la posibilidad de conseguir la relación en el futuro.
Si sigo teniendo contacto es por lo que llamamos esperanza"
Psicóloga

Los errores que cometes al quejarte a tu pareja que dañan la relación (y cómo evitarlos)
La psicóloga normaliza este comportamiento, afirmando que "cuando alguien nos gusta, lo más normal del mundo es que hagamos este tipo de cosas". Un ejemplo sería pensar: "Si quedo con él y me pongo guapísima, a lo mejor hoy sí me pide salir". Ante la incertidumbre de no saber si podemos estar con ella o no, es natural seguir intentándolo.
El límite: cuando el malestar aumenta
El único problema surge cuando "la otra persona haya dejado muy claro que no quiera estar contigo y estas conductas se sigan manteniendo". Si la insistencia continúa a pesar de una negativa explícita y, además, está "aumentando el malestar al no poder estar con ella", es cuando la situación se vuelve perjudicial para la persona.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.