Laura Pinillas, bióloga: "Para dejar de bostezar, basta con que te toques con la punta de la lengua el paladar, es mano de santo"
Lejos de ser un signo de aburrimiento o sueño, este acto reflejo es un mecanismo para enfriar el cerebro y se contagia por una cuestión de empatía

Laura Pinillas, bióloga, en el vídeo
Publicado el
2 min lectura
Laura Pinillas, la bióloga detrás de la cuenta de divulgación @celulau.bio, ha desvelado en un vídeo de TikTok los secretos detrás de uno de los gestos más comunes y contagiosos: el bostezo. Contrario a la creencia popular, Pinillas asegura que no bostezamos ni por sueño, ni por hambre, ni por aburrimiento. De hecho, algunos expertos advierten sobre las consecuencias que puede acarrear el aburrimiento crónico, pero este acto reflejo tiene una función muy diferente y fundamental para nuestro organismo.
¿Por qué bostezamos realmente?
Durante años, la ciencia pensaba que el bostezo servía para oxigenar el cerebro. Sin embargo, la bióloga explica que hoy se sabe que su verdadera función es enfriarlo. Según detalla, al bostezar "se activan músculos faciales, entra aire fresco y aumenta el flujo sanguíneo cerebral, lo que reduce su temperatura y mejora su rendimiento cognitivo". Es, en sus palabras, como pulsar un botón de reinicio para que el cerebro funcione mejor. Algunos expertos también han relacionado el acto de bostezar con un estado de vigilancia frente a posibles peligros.
El contagio, una cuestión de empatía
Una de las grandes incógnitas sobre el bostezo es por qué resulta tan contagioso. Pinillas lo relaciona con "la excitabilidad del Córtex motor y con la activación automática de las neuronas espejo". Estas células nerviosas, explica, "se activan cuando tú ves a alguien hacer algo y tu cuerpo lo quiere imitar". Este fenómeno no es exclusivo de los humanos, ya que se ha observado en otros primates y también en perros.

Un padre cansado bosteza en el sofá mientras sus hijos juegan a su alrededor.
Lo más interesante es que la cercanía emocional juega un papel clave en este proceso. Tal y como se ha analizado en el contagio del bostezo, es mucho más probable que imitemos el gesto si proviene de un amigo o familiar que de un desconocido. "Si ves a tu amigo bostezar se te va a pegar antes que si ves a un desconocido", afirma la bióloga. Este comportamiento se interpreta como un mecanismo de sincronización social y empatía.
El truco definitivo para no bostezar
Para aquellos que deseen detener un bostezo inoportuno, Laura Pinillas comparte un truco que califica como "mano de santo". El método es sorprendentemente sencillo: "Basta con que te toques con la punta de la lengua al paladar. Se acabó", asegura. Este gesto, que se ha vuelto viral, promete una solución instantánea al impulso de bostezar.
Basta con que te toques con la punta de la lengua al paladar"
Bióloga
Aunque Pinillas admite que "no hay muchos estudios al respecto", la explicación detrás de este truco reside en la neurología. Se ha observado que este simple gesto "corta esa secuencia motora de reflejo, bloqueando así la extensión muscular necesaria para abrir la boca y respirar profundamente". De este modo, se interrumpe el acto reflejo antes de que se complete.
En resumen, la próxima vez que bostece, recuerde que no es una señal de mala educación, sino un sofisticado sistema de autorregulación. Como concluye la bióloga, "Bostezar, enfría tu cerebro y se contagia por empatía". Un acto reflejo que compartimos con multitud de especies y que dice mucho más de nuestra biología y psicología de lo que parece.
Bostezar, enfría tu cerebro y se contagia por empatía"
Bióloga
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.