El Papa calienta motores para la JMJ de Lisboa

El Papa ha firmado esta semana el decreto que reconoce las virtudes heroicas de Lucía dos Santos, la tercera niña pastora de Fátima, fallecida en 2005, ya anciana, pocos años después de que Juan Pablo II revelara el tercer mensaje de la Virgen. Francisco, gran devoto de la Virgen de Fátima, a cuya protección consagró el mundo en 2013, fue el Pontífice que canonizó a los dos primos de la niña pastora. El anuncio se produce a poco más de un mes del viaje del Papa a Lisboa para clausurar la JMJ.

Calentando motores, Francisco enviaba esta semana un mensaje a los jóvenes, y otro de agradecimiento a las personas que, con su trabajo, harán posible este evento. A las chicas y chicos que acudirán al encuentro con el Sucesor de Pedro, les enseñaba, sonriente, su mochila de peregrino, desmintiendo cualquier rumor sobre la imposibilidad de acudir a la cita debido a la reciente cirugía a la que ha tenido que someterse. Hasta entonces el Papa les deja algunos deberes, invitándoles a poner en práctica “los tres lenguajes de la vida”.

El primero, el lenguaje de la cabeza, sirve “para pensar claramente lo que sentimos y lo que hacemos”. El segundo, el del corazón, “para sentir bien, profundamente lo que pensamos y lo que hacemos”. Y el tercero, el de las manos, “para hacer con eficacia lo que sentimos y lo que pensamos”. Mucho de esta triple dimensión hay también en la propuesta católica, en la que verdad y caridad son indisociables, desde una opción preferencial por los más pobres y humildes a quienes, como muestra el mensaje de Fátima, se les revelan misterios escondidos para “los sabios y entendidos”.