Línea editorial COPE: Feijóo afianza su ventaja

El debate electoral entre Sánchez y Feijóo reflejó en cierta medida la situación de la política española.

Desde el primer momento, Sánchez, poco dispuesto a proponer, rebatir de forma serena y escuchar, embarró el terreno. A los espectadores se les hacía difícil seguir las argumentaciones de los dos candidatos por las interrupciones, mientras veían a un presidente del Gobierno nervioso, gesticulante y nada propositivo.

Durante el bloque económico, Feijóo logró desmontar el cliché de que nuestra economía “va como una moto”.

Sánchez utilizó los pactos del PP con Vox como una especie de comodín, intentando generar un miedo artificial. Cada vez que se sentía acorralado, aseguraba que los ambos partidos son lo mismo.

No quiso, sin embargo, aceptar la propuesta de Feijóo para que, después del 23 de julio, gobierne la lista más votada. Por otra parte, el debate sirvió para mostrar el talante y la solidez personal de los candidatos. Sánchez mostró una agresividad rígida mientras Feijóo no perdió la calma y mostró una ironía que descompuso en muchos momentos al presidente.

Lo que está en juego en estas elecciones se aclaró cuando el líder del PP empezó a poner sobre la mesa los hechos de la última legislatura: acuerdos con Bildu y ERC, indultos a los golpistas, reforma del Código Penal para favorecer al independentismo, efectos de la Ley del “sí es sí”, e intento de ocupar las instituciones.

No sabemos cuánto influirá el debate sobre la intención de voto, lo que parece evidente es que no ha servido para que Sánchez alimente la ilusión de remontar.