Línea editorial: "La alegría de la fe sigue viva en Filipinas"

El pasado domingo el Papa Francisco quiso conmemorar el 500 aniversario de la evangelización de Filipinas, el primer país de Extremo Oriente que escuchó el anuncio de Cristo. Con este motivo, el país de las siete mil islas iniciará el próximo mes de abril un jubileo, si bien sus múltiples celebraciones no comenzarán oficialmente hasta el año próximo, debido a la pandemia.

Lo que ya se respira en buena parte de la población de más de cien millones de habitantes, de los cuales el ochenta por ciento son católicos, es la alegría por el don recibido gracias a la evangelización, emprendida por los misioneros españoles a instancias del rey Felipe II.

Lo que recibieron gratis los filipinos, como tantos pueblos en el mundo, fue justamente la alegría de haber encontrado el sentido de la vida, esa alegría que el Papa vio reflejada en los rostros, las canciones y las oraciones de los filipinos en la celebración.

Francisco recordó que la fuente de esa alegría es el don gratuito de la fe, y animó a al pueblo filipino a proseguir la obra de la evangelización, recordando que “Dios envía a la Iglesia no para imponer, sino para sembrar; no para condenar, sino para llevar a Cristo, que es la salvación”.

Millones de filipinos, presentes en más de cien países a través de una intensa migración, dan ya testimonio de esa alegría de la fe. Durante este largo jubileo, se han propuesto dar gratis, y con alegría, lo que gratis recibieron, algo que interpela a los cristianos de todo el mundo.