Incertidumbre en Estados Unidos

La imagen de presidente atrabiliario que Donald Trump se ha ganado a pulso, y la hostilidad de la mayor parte de galaxia mediática e intelectual, han podido proyectar una imagen errónea sobre las elecciones norteamericanas. De acuerdo con esa imagen hoy sería presidente por goleada el candidato demócrata, Joe Biden. Pero una vez más las encuestas y los pronósticos de los medios más influyentes han reflejado más sus propios deseos que la realidad de la sociedad estadounidense. Lo cierto es que el núcleo duro de los votantes de Trump es más amplio y resistente de lo que muchos pensaban. Habrá que esperar al escrutinio del último voto, y quizás a diversas intervenciones de los tribunales, para establecer un resultado que ya está bajo sospecha, una vez que el propio Presidente Trump se ha proclamado vencedor sin esperar a que finalice el recuento y ha denunciado un intento de fraude electoral por parte de los demócratas. Y todo ello en un país que todos consideran faro de la democracia y del estado de Derecho.

Habrá que esperar, por tanto, para analizar el resultado, pero ya es evidente que hoy los Estados Unidos están más divididos que nunca y, sea quien sea, el nuevo Presidente deberá asumir como uno de sus principales retos reconstruir la cohesión social y dar seguridad y claridad al rumbo de un país decisivo para la el equilibrio y la paz en el mundo.