Madrid - Publicado el - Actualizado
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Los sucesos de Alsasua y las denuncias de los familiares de los guardias civiles agredidos han enardecido los ánimos del Gobierno de Uxue Barcos. La Consejera de Interior del Gobierno de Navarra no es precisamente alguien imparcial. Eso, sumado al intento del Ejecutivo de lavar su cara en un intento público de congraciarse con las víctimas del terrorismo etarra ha hecho que estas emitan una declaración conjunta para poner los puntos sobre las íes.En Navarra, entre 1977 y 2009, fueron asesinadas 43 personas. Sus familias han pedido al Gobierno Vasco que no tergiverse ni las palabras, ni la posición de las víctimas. Más allá de algunos contactos personales y llamadas, no hay sintonía manifiesta entre las víctimas y un Gobierno del que EH-Bildu es pieza fundamental. Esta fuerza sigue manteniendo contactos formales e informales con el mundo etarra, amén de no condenar la violencia y abogar por normalizar las relaciones con el entorno etarra.Las demandas de las víctimas de ETA son claras: pedir al Ejecutivo que colabore con el esclarecimiento de los delitos que quedan sin resolver, que exija la disolución de ETA y que se dejen de organizar actos en los que las víctimas del terrorismo son usadas para normalizar la presencia de otras supuestas víctimas de un inexistente conflicto vasco. La justicia exige la verdad, y ésta dicta que no hay equiparación posible entre víctimas y agresores.



