Ante la irresponsabilidad, tiempo de construir
Si este es el progreso, con el que tan obsesionado está el todavía candidato, habrá que aceptar que los agravios, el escarnio, la humillación y la burla

Ante la irresponsabilidad, tiempo de construir
Madrid - Publicado el
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Las palabras ofensivas y calumniosas para el Rey y la Constitución, dirigidas por los representantes separatistas y abertzales durante la primera sesión de investidura, por mucha indignación que suscitaron en parte del hemiciclo, no podían tener más efecto que el de la provocación gratuita, por otra parte esperada. Pero quien si podía alzarse contra el agravio, es decir, el propio Sánchez y su bancada socialista, así como la propia presidenta del Congreso, no lo hicieron en nombre de la libertad de expresión, la tapadera con la que, en adelante, se cegarán todas las ofensas que provengan de los aliados circunstanciales del futuro Gobierno.
Si este es el progreso, con el que tan obsesionado está el todavía candidato, habrá que aceptar que los agravios, el escarnio, la humillación y la burla, ejercidos en sede parlamentaria, serán también la norma del progresismo en esta legislatura. El silencio de Sánchez ante las afrentas al rey y a las leyes responde a una profunda irresponsabilidad que va a ser la norma a partir de ahora, como pago del apoyo a la investidura. Queda el consuelo de que hay un tiempo para todo y si ahora estamos en el destruir llegará pronto el de construir.



