La dimisión, respuesta adecuada

La renuncia a sus cargos de la diputada y vicesecretaria de Movilidad y Reto Digital del PP, Noelia Núñez, por haber falseado su currículum es un acto de responsabilidad ética exigida a quien ofreció hasta tres versiones distintas de los estudios que había realizado. En realidad, no quedaba otra salida. La ejemplaridad que se exige a quien, como en este caso, se había convertido en modelo de las nuevas generaciones de políticos de la derecha, no debe tener fisuras. La práctica, demasiado generalizada, de que los políticos falseen los datos de su currículum es una expresión de debilidad e inconsistencia de determinados perfiles que acceden, a veces muy jóvenes, a la política profesional dentro de los aparatos de los partidos.

Esta renuncia deja en evidencia a otros políticos que siguen en sus puestos después de haber “arreglado” su currículum. Es el caso del ministro de Transportes, Óscar Puente, que publica que tiene un Máster que solo es un curso impartido por una Fundación del entorno del PSOE. O el de la actual delegada del Gobierno en Valencia y secretaria de Igualdad de los socialistas, Pilar Bernabé, que durante mucho tiempo afirmó tener dos licenciaturas, y posteriormente reconoció que no las había concluido. El hecho de que existan casos en varias formaciones políticas no justifica que se asuma una práctica contraria a la integridad personal que se demanda a los responsables del bien común. La mentira en política es una forma de corrupción y la única respuesta adecuada es la dimisión. Se trate de un currículum o del plagio en una tesis doctoral.