El secretario general del PSOE-A, Juan Espadas, ha señalado este lunes la contradicción evidente que supone el que el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, "sigue valorando que los datos de empleo no son ciertos, que la economía española va muy mal", a la vez que los presidentes autonómicos del PP "en cada territorio los ven magníficamente bien".

En este sentido y en una atención a medios en Córdoba junto a la secretaria general del PSOE de Córdoba, Rafi Crespín, el líder del PSOE andaluz ha señalado que en las comunidades autónomas gobernadas por el PP ven "bien, como no puede ser de otra manera, los datos de la economía y del empleo en nuestro país, como consecuencia de las medidas tomadas por el Gobierno de España, a las que, por cierto, el PP votó siempre en contra".

"Pero ahora, lógicamente, los resultados en esos territorios son resultados positivos, y es curioso, porque el señor Feijóo sigue valorando que los datos de empleo no son ciertos, que la economía española va muy mal, es decir, esto debería llevar a la reflexión de los ciudadanos de cómo el PP es capaz, en este caso, de mentir hasta el punto de decir una cosa en la política nacional y la contraria en cada uno de los territorios que gobierna, sobre la misma cuestión".

Espadas ha hecho estas declaraciones antes reunirse en la sede del PSOE de Córdoba con la ejecutiva y otros cargos públicos y orgánicos de su partido en dicha provincia, donde ha iniciado una ronda de reuniones con las agrupaciones provinciales socialistas de Andalucía para "activar a la militancia" ante las elecciones europeas, en las que "nos jugamos mucho" para ser "dique de contención de la derecha y la ultraderecha, que persiguen retrocesos en derechos y libertades" a nivel continental.

En este contexto, ha dicho que los socialistas van a "intentar hablar de las cosas de comer, vamos a intentar hablar de los problemas de los que no quiere hablar, por ejemplo, en Andalucía", el presidente de la Junta, el popular Juanma Moreno.

De hecho, según ha advertido, "la derecha, en un ambiente de confrontación y crispación, siempre gana", ya que "desincentiva al demócrata y generalmente a la persona progresista que está, sencillamente, saturada de oír hablar de crispación, de odio y de generación de conflicto".