El crecimiento exponencial de casos por coronavirus, con más de 2.000 positivos en nuestro país... deja “en el aire” la celebración de las próximas elecciones autonómicas previstas para el próximo 5 de abril en el País Vasco y Galicia. Por el momento, los actos electorales de los partidos políticos se pueden ver afectados, especialmente a finales de este mes cuando tenga lugar el arranque oficial de la campaña electoral. En un principio, los eventos se desarrollarían entre el 20 de marzo y el 3 de abril aunque todavía no hay nada cerrado. La propagación del COVID-19 y la actualización constante de datos por parte de Salud Pública (dependiente de Sanidad) ponen cada vez más en entredicho que estos comicios puedan celebrarse en ambas comunidades autónomas.

El Gobierno Vasco anunciaba la compra de 24.000 pares de guantes para proteger a los miembros de las mesas electorales e Íñigo Urkullu ha anunciado que actualmente se está analizando qué posibilidades jurídicas podrían concluir para no mantener una jornada electoral en plena epidemia de COVID-19. 

La Junta Electoral del País Vasco ha establecido ya una serie de medidas de limpieza en colegios electorales y de control de colas a la hora de votar para evitar la propagación de la epidemia del coronavirus en las elecciones autonómicas del 5 de abril.

Estas medidas preventivas responden a la actual fase de contención del virus, aunque no se descarta que puedan variar en próximos días.

El Ejecutivo liderado por Sánchez ha asegurado que se analizará la situación “cuando llegue el momento oportuno”. Por otra parte, el líder del PP Pablo Casado en los micrófonos de 'Herrera en COPE' ha asegurado que en este caso “la responsabilidad de una crisis a este nivel se antepone a cualquier agenda electoral”.

La decisión del cambio de una fecha electoral no es nada difícil de realizar. Suspender o aplazar unas elecciones ya convocadas está fuera de las previsiones legales, son palabras mayores. Según ha contado nuestro compañero Ricardo Rodríguez, ni los decretos de convocatoria de la urna o la regulación autonómica reservan disposición alguna en ese sentido.

El Gobierno puede hallar a través de la ley de seguridad nacional la vía de decretar el estado de alarma en caso de crisis sanitarias tales como epidemia. Esta declaración se decreta por el Consejo de Ministros “cuando circunstancias extraordinarias hiciesen imposible el mantenimiento de la normalidad mediante los poderes ordinarios de las autoridades competentes”. Por tanto, una expansión crítica del coronavirus podría ajustarse a este requisito, facultando al Ejecutivo a limitar la libre circulación lo que ampararía la suspensión de los comicios autonómicos. Sobre todo, tras anunciar la Organización Mundial de la Salud que el coronavirus es ya una “pandemia global”.

Situación electoral “crítica” en París por el COVID-19

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En Francia la circunstancia que se está viviendo es de incertidumbre, a pesar de que Macron ha emitido instrucciones para garantizar la “protección” de los electores. Aún con este mensaje de tranquilidad es muy probable que el coronavirus dispare la abstención. El Gobierno francés afronta así un auténtico reto ya que por el momento se mantienen las elecciones e intentarán por todos los medios garantizar que las mesas electorales abran con total normalidad el próximo domingo.