Puede que sean ya tu compañero de trabajo o incluso que te sustituyan en el futuro. Cada vez es más habitual ver cómo los robots y las máquinas relevan a las personas en trabajos mecánicos. La tecnología avanza muy rápido. Según el Foro Económico Mundial, ya realizan el 29% de las tareas. La cifra no dejará de aumentar en los próximos años. Entre 400 y 800 millones de trabajadores tendrán que buscarse un nuevo puesto. Aquí en España la OCDE, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, calcula que más del 20% de los empleos en España pueden acabar automatizados. Nuestro país sería uno de los más vulnerables.

¿Qué sectores se están viendo afectados? Sin duda, la industria. Un ejemplo. A comienzos del siglo el sector empleaba en España a unos 3,1 millones de trabajadores. Ahora apenas llega a 2,5 millones. En el mismo periodo el parque de robots prácticamente se ha duplicado. También sufre ya la banca, las agencias de viaje, todo lo relacionado con el transporte y la logística o la alimentación. Varios restaurantes incluso ya han “fichado” a camareros robot para atender las mesas.

En cambio, la educación, profesiones relacionadas con la salud o la consultoría no corren tanto peligro “porque la intervención humana es más importante y porque se requieren habilidades blandas como la empatía, el trabajo en equipo o el liderazgo, algo que una máquina nunca podrá hacer”, según afirma a COPE Carlos Martínez, director general del IMF Business School.

¿RIESGO U OPORTUNIDAD?

A primera vista, la robotización genera inseguridad laboral. Sin embargo, los expertos consultados prefieren ver la botella medio llena. Es cierto que hay que empleos que han desaparecido y otros que están condenados a hacerlo, pero también es verdad que se crearán otros, más sofisticados relacionados con el big data por ejemplo o la inteligencia artificial. Martínez recuerda que a pesar del auge de la automatización, países como España crean empleo y EEUU o Reino Unido tienen sus tasas de paro en mínimos históricos. “Lo que podría hacer que disminuyesen los puestos de trabajo sería una mayor productividad pero hoy por hoy estamos aquí por debajo de la UE”, señala este experto.

“Sin duda la robotización tendrá un alto impacto en el mercado laboral, pero de manera positiva”, apunta Ángel Bonet, experto en innovación e impacto social. Cree que “se va a centrar en aquellas tareas mecánicas que son más pesadas para el hombre. Así podremos dedicar el tiempo a otras más creativas, estratégicas, de diseño. La combinación de la máquina y el hombre permitirá que el desarrollo humano sea mucho mayor y que el talento de las personas se desarrolle de manera más potente e inteligente”.

Una opinión más, la de Adolfo Ramírez que es asesor en transformación digital e innovación. Asegura que “el progreso es un proceso imparable y la digitalización de las actividades rutinarias forma parte de él”. Considera que se tiene que producir un cambio en las compañías “para que sus profesionales desarrollen funciones de mayor valor añadido”. Es decir, el reto real no sería la pérdida de puestos de trabajo sino generar estas actividades de mayor valor y capacitar a los empleados para realizarlas”. “La estrategia ganadora es la que consigue fusionar colaborativamente la potencia del hombre con la de la máquina, desarrollando modelos más eficientes y más orientados a la experiencia de cliente”, señala. Concluye que “lejos de ser un enemigo, los robots se convierten en el compañero ideal del talento del futuro”.

Todos los expertos coinciden en que los trabajadores nos tendremos que reinventar y adaptarnos a la nueva situación. Ya ocurrió en la era preindustrial con la aparición de la máquina de vapor, recuerdan.