Sólo el 36% de los hogares encabezados por menores de 35 años es propietario de su vivienda frente al 70% de 2011 según refleja la última Encuesta Financiera de las Familias del Banco de España. Recoge la evolución de los hogares de 2017 a 2020, es la foto más actualizada sobre la situación financiera de las familias españolas.

Ese dato, el de la vivienda, muestra cómo los jóvenes cada vez lo tienen más difícil para comprar un inmueble. Hay que tener en cuenta que con los años se ha endurecido el acceso al crédito y se han reducido sus salarios medios. De hecho la encuesta muestra que a partir de los 45 años el porcentaje de propietarios se dispara al 74%.

Y es que a mayor edad mayor patrimonio. Son los hogares liderados por personas de más de 75 años los que acumulan la mayor riqueza media, unos 370.000 euros seguidos por la franja de entre 65 y 74 con un patrimonio medio 363.000. Muy lejos se sitúan los los hogares encabezados por personas entre 35 y 44 años con una riqueza media de casi 140.000 euros y de 68.306 en el caso de menores de 35.

Demanda de segunda residencia en máximos

Es cuanto menos paradójico que mientras vemos cómo se desploman los hogares jóvenes con vivienda en propiedad al mismo tiempo la demanda de segundas residencia esté en máximos de 2017, ya supone el 13% de la demanda total según cifras de los portales inmobiliarios acumulando un incremento del 44% en tan sólo dos años y siendo Comunidad Valenciana, Andalucía y Madrid los principales destinos de búsqueda. “Hay un efecto bolsa de demanda por la pandemia, una aceleración de la compra ante la subida de los tipos de interés y porque se está recuperando la inversión” explica el experto inmobiliario Emiliano Bermúdez que añade que “la vivienda se sigue viendo como valor refugio, como medida de ahorro y por eso se busca un inmueble que sirva como medio de inversión, para el disfrute propio o para ponerla en alquiler”.

¿Qué es lo que más se busca?

Lo más demandado son viviendas con zonas exteriores, con luz y terraza, se valoran los equipamientos comunitarios como piscinas o instalaciones deportivas, también los accesos y las características estéticas del inmueble. A pesar del fuerte impulso que aún mantiene la demanda de la segunda residencia Bermúdez advierte que “no nos extrañemos si a finales de 2022 comienza a caer la demanda de este tipo de producto, que no es esencial, coincidiendo con la desaceleración económica y la subida de tipos que encarecerán las hipotecas”