Un hombre de Murcia compra un medicamento y lo que se encuentra al abrir la caja obliga a la farmacéutica a mirar las cámaras de seguridad: "Nos dimos cuenta"

A las estafas clásicas se suman otras de nuevo cuño que obligan a los dueños de los establecimientos a estar siempre muy pendientes de todo lo que pasa en su local

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María Bandera

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Los delincuentes siempre están al acecho y se reinventan cada día con estafas que van de lo más sofisticado a otras que de simples, es imposible que nos demos cuenta.

Sí que es verdad que algunas son recurrentes y gracias a su difusión ya estamos sobre aviso, pero la cosa se complica cuando se nos pone por delante alguna de nuevo cuño.

Puede tratarse de una estafa digital que están a la orden del día. Correos falsos, suplantación de identidad donde los estafadores se hacen pasar por empresas, bancos, o cualquier tipo de institución con el fin de que las víctimas proporcionemos nuestros datos personales o realicemos algún tipo de pago. 

También están las estafas telefónicas. En algunas los delincuentes pueden hacerse pasar por  empleados de entidades bancarias para sacarnos nuestra información financiera,  o incluso grabarnos la voz para después reproducirla con Inteligencia artificial (IA) y hacer uso de ella como mejor les convenga.

del tocomocho a la caja de viagra vacía

Pero también están los métodos de engaño 'presenciales', aquellas en las que los criminales se aprovechan de la cercanía para ganarse la confianza de su objetivo y atraerlo ante la posibilidad de ganar dinero fácil y rápido.

En este sentido siguen vigentes las estafas clásicas, como la del  "tocomocho," en la que los estafadores simulan ofrecer un billete de lotería premiado y convencen a la víctima de que lo compre por una cantidad inferior al supuesto premio. O la de la "estampita," donde el timador persuade a la víctima de comprar una caja con lo que parece ser dinero y que en realidad solo contiene papeles.

Recientemente conocíamos otra de estas estafas a través de TikTok. Sucedía en una farmacia, pero lo cierto es que se puede extrapolar a otros negocios, con lo que nunca está de más estar prevenidos. 

Cartel en el exterior de una farmacia en España

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Cartel en el exterior de una farmacia en España

La desvelaba precisamente Noelia, una farmacéutica de Murcia en su cuenta @its.noeliafarm. La víctima había sido ella misma y tuvo que ver con una caja de Viagra.  Lo cierto es que el medicamento es lo de menos porque podría haber sucedido con cualquier otro, siempre que su precio, claro está, compense el esfuerzo invertido en el engaño. 

"Lunes por la mañana viene un señor que no conocíamos de nada y nos pide Viagra con su receta, se la sacamos, y la dejamos en mostrador". Hasta ahí todo normal. Pero el hombre hace otra petición. "Nos dice, que le diéramos una caja de supositorios". Ese medicamento no estaba en primera línea del establecimiento  así que la farmacéutica se tuvo que ir al interior a buscarlo.

Farmacia

Farmacia

Ya de vuelta en el mostrador con ambos productos  y tras decirle el importe, el hombre decide llevarse solo los supositorios puesto que no llevaba dinero para comprar todo.  "Le cobramos los supositorios y quitamos la caja (de Viagra) del mostrador". 

Más adelante otro cliente compra la Viagra en su farmacia, pero algo sucede porque volvió con una reclamación. "Nos dijo que la caja estaba vacía". 

El "cambiazo"

Para resolver el misterio, Noelia no tuvo más que revisar  las cámaras de seguridad. "Nos dimos cuenta de que el primer cliente, cuando fuimos a coger los supositorios, nos hizo el cambiazo. Nos dio una caja vacía y se llevó la nueva". 

Ante la publicación otros usuarios de la red han compartido  estafas que han sufrido en primera persona en sus respectivos negocios. Uno de ellos tuvo lugar en una ferretería. "Un cliente compró cinco bidones de pintura y los devolvió pero con contenido cambiado por agua, en total una estafa de 400 euros", lamenta. 

En una tienda, explica otros de los mensajes "a una compañera  le devolvieron una colonia y dentro había una lata de sardinas".  En otra ocasión relata otro usuario "vino un hombre diciendo que traía la grapadora que mi encargada había pedido y que era un euro. Abrí la caja y se lo di". 

Las manchas en la ropa también son un clásico. "A mi me mancharon un vestido y luego vinieron directamente para que se lo rebajará porque estaba manchado", concluye otro. 

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