El claro ejemplo de una madre de familia para entender qué es no llegar a final de mes: "El sueldo no compensa"
Si echamos la vista atrás vemos que el coste de la vida ha subido casi un 22% en cinco años y los salarios medios siguen siendo dos puntos por debajo de los de antes de la crisis financiera de 2008

Marta Ruiz explica la pérdida de poder adquisitivo en España con José Emilio Bosca, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia, y el caso de dos madres que tienen familia
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En España, el drama de muchas familias al intentar llegar a final de mes es más que una sensación: es una realidad tangible que refleja la pérdida constante del poder adquisitivo. Según datos recientes y el análisis de expertos en economía, la subida de los precios supera con creces el aumento de los salarios, generando una brecha que pone en jaque la estabilidad económica de muchas personas, sobre todo de aquellas con cargas familiares.
La pérdida del poder adquisitivo en España
Marta Ruiz, periodista experta en economía, explica con detalle esta situación en su conversación con José Emilio Bosca, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia. “Los salarios pactados por Convenio han subido un 15% de media desde 2020, mientras los precios han repuntado en más de un 20%,” señala Ruiz. Esta diferencia ya es suficiente para explicar por qué tantas familias sienten que su sueldo “no compensa” los gastos diarios.
Pero la realidad es aún más preocupante si atendemos a los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE). Cuando se elimina el impacto de la inflación, los salarios reales apenas han logrado un ligero repunte medio punto por encima de los niveles alcanzados en plena pandemia, una recuperación muy débil que ni de lejos alcanza a subsanar la pérdida acumulada desde la crisis financiera del 2008. “Entre 2009 y 2025 los salarios reales han caído en el total del periodo, son 1,9% inferiores,” explica Bosca, dejando claro que la mejora salarial no ha logrado compensar una década y media de retrocesos.

Una madre con sus hijos por las calles de Barcelona
Esta brecha es lo que termina reflejándose en la cotidianidad de las familias. Según las palabras de una madre de familia que Marta Ruiz recogió en su reportaje, “notamos esa pérdida de poder adquisitivo en nuestros ahorros, hablas con la gente y le cuesta llegar a fin de mes.” Otro caso pone el foco en la insuficiencia de la subida salarial: “En mi caso la subida del salario se ha revalorizado mínimamente, no se compensa la subida de los precios.”
De hecho, aunque la inflación comienza a acercarse poco a poco al objetivo del 2% que marcan las instituciones europeas, muchos bienes y servicios esenciales continúan aumentando su coste. Los huevos, por ejemplo, se han encarecido un 17% en solo un año, lo que refleja cómo ciertos productos básicos se mantienen alejados de la estabilidad. En los últimos cinco años, el coste de la vida en España ha subido casi un 22%, una cifra que contrasta con los sueldos medios que siguen siendo dos puntos inferiores a los que había antes de la crisis de 2008.
La brecha salarial y cómo afecta a las familias
El poder adquisitivo de los españoles no solo está lastrado por la inflación y los precios, sino también por una productividad baja en comparación con otros países europeos. Marta Ruiz señala que “la riqueza de los españoles y el poder adquisitivo siguen por debajo de la media europea, según Eurostat,” una realidad que limita la capacidad de las familias para mejorar sus ingresos.

Pareja joven paseando con un cochecito de bebé en el parque del retiro de Madrid.
Este estancamiento salarial afecta especialmente a aquellas madres y padres que deben asumir los gastos de una familia, ya que no solo deben cubrir lo básico, sino también hacer frente a imprevistos y ahorrar para el futuro. La dificultad para cuadrar números al final de mes se convierte así en una constante que erosiona la calidad de vida y genera preocupación.
La situación pone en relieve la necesidad de políticas económicas que incentiven la mejora real de los salarios y fomenten la productividad para evitar que el coste de la vida siga devorando el poder de compra de las familias. Mientras tanto, el claro testimonio de estas madres de familia es un recordatorio palpable de que “el sueldo no compensa” y que para muchas personas llegar a final de mes sigue siendo una tarea cuesta arriba.