El debate sobre el traslado de las sedes empresariales fuera de Cataluña ha vuelto a cobrar actualidad después de la decisión del consejo de administración de Agbar de fijar de nuevo su sede social en Barcelona. Ha sido la primera gran compañía que ha tomado el camino de vuelta.

Sin embargo el sector financiero ya ha señalado que no seguirá sus pasos. El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, ha asegurado que “la confianza y la estabilidad es crítica para la banca. No podemos esperar lo mismo de una entidad bancaria que de otro tipo de empresas". Además ha insistido que “en las mismas circunstancias, si tuviéramos que volver a adoptar esta decisión, lo haríamos porque fue correcta y efectiva para devolver la normalidad”.

CaixaBank tomó la decisión de trasladar su sede social y fiscal a Valencia el 6 de octubre, pocos días después de la consulta independentista del 1-O. Lo hizo en medio de una creciente incertidumbre política y económica en Cataluña. Según Gortázar se trató de "una decisión puramente profesional, no política" con la que se quiso "proteger la estabilidad del banco". Ha recordado que no fue fácil debido al arraigo de la entidad a la comunidad autónoma, donde estaba establecida desde hacía 110 años.

Durante su comparecencia en la comisión que investiga la crisis financiera en el Congreso, Gortázar ha querido dejar claro que “seguimos siendo el principal banco en Cataluña” y que se deben al servicio al cliente “allá donde estemos”.

Desde la consulta ilegal unas 4.500 empresas han abandonado Cataluña según ha apuntado el presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet.