Ya tenemos Presupuestos. Casi, casi. Se han aprobado en el Congreso. Falta el trámite parlamentario en el Senado. Volverán a la Cámara Baja a ratificarse pero la aprobación en el pleno del Congreso garantiza que hay cuentas para el año 2021 y si me apuran para toda la legislatura.

Ahora bien, ¿son los presupuestos que necesita la economía española? Ya nos han dicho todas las instituciones y organismos independientes que no. Que los ingresos están inflados y que no se corresponden con la situación real de la economía española. Lo peor es que tampoco responden a las demandas reales del tejido productivo y de los ciudadanos españoles. Si acaso de una parte muy minoritaria. En el último tramo del debate en el Congreso, la diputada de Unidas Podemos, recordemos uno de los dos grupos que están en el Gobierno de España, pedía la república feminista para este país.

¿Es eso lo que piden los hosteleros que llevan semanas sin abrir? ¿Es eso lo que piden o lo que necesitan los comerciantes o los autónomos, o las grandes empresas que han perdido volumen de negocio y facturación? ¿O los que se han quedado sin un puesto de trabajo?

Estos presupuestos garantizan también, desde el punto de vista político, que se está haciendo un proyecto de ingeniería social para cambiar este país y que están cada vez más desconectados de la calle.