Jorge Gómez, exagente del CNI: "Donald Trump actúa de manera irresponsable al hablar de operaciones clandestinas"

El exagente del CNI Jorge Gómez se mostró escéptico sobre la capacidad del último paquete de iniciativas del presidente estadounidense para resolver conflictos internacionales, y advirtió sobre los peligros de hacer públicas ciertas operaciones encubiertas o clandestinas. En una entrevista en El Cascabel, Gómez analizó el impacto de la política exterior de Donald Trump en Ucrania y las posibles acciones de la CIA en Venezuela. 

Trump y Ucrania: teatro en vez de estrategia

Gómez rechazó que las medidas de Trump supongan “el principio del fin de la guerra en Ucrania”. Según el exagente, las decisiones del presidente estadounidense “hasta ahora han beneficiado a Putin”, principalmente por retrasos y por reducir el suministro de armamento a Kiev. En su opinión, el enfoque de Trump funciona “como una suerte de teatro del guiñol”, donde las iniciativas públicas sustituyen a una política coherente: “él sale con sus maravillosas ideas, a veces verdaderas locuras”, afirmó.

El entrevistado recordó que el comportamiento diplomático del mandatario ha favorecido al agresor al sentarse con Putin y relegar a Ucrania, y consideró que, aunque el tono pueda cambiar, no ha visto “algo beneficioso” para Kiev en las decisiones recientes. Para Gómez, la guerra entre Rusia y Ucrania sigue siendo, en esencia, “un invasor y un invadido”.

Operaciones encubiertas vs. clandestinas: una diferencia crucial  

Gómez subrayó la necesidad de distinguir entre dos tipos de actuaciones de inteligencia. Definió una operación encubierta como aquella en la que “encubres al autor, pero no la acción”, y una operación clandestina como la que oculta tanto el hecho como su autor. El exagente advirtió que Trump ha tratado públicamente asuntos que, por su naturaleza, deberían mantenerse en secreto operativo.

Riesgo de exponer a agentes sobre el terreno

Al comentar la posibilidad de intervención de la CIA en Venezuela, Gómez criticó la publicidad alrededor de esas opciones: “un presidente salga a decir, la CIA ya está operando… pone en riesgo a los profesionales que están haciendo esas labores”. Señaló que revelar públicamente estas acciones supone “un acto de irresponsabilidad” porque compromete a quien realiza las labores encubiertas o clandestinas y dificulta la eficacia de las mismas.

Gómez concluyó que, aunque los servicios de inteligencia suelen acompañar negociaciones —“hay operaciones debajo de la mesa, para forzar al adversario”—, anunciarlas públicamente reduce su utilidad y aumenta los riesgos humanos.