Un obrero de Sevilla encuentra una pulsera de oro entre los escombros y termina generando un revuelo entre sus compañeros

Lo que parecía una simple obra de ampliación en Sevilla se convirtió en uno de los hallazgos arqueológicos más importantes del siglo XX revelando un tesoro milenario vinculado a la civilización tartésica

obrero

Manuel Bruque


Redacción TRECE

Publicado el

3 min lectura

Era el 30 de septiembre de 1958 cuando Alonso Hinojo del Pino, obrero de la empresa encargada de unas obras en el cerro de El Carambolo, en Camas, a solo tres kilómetros de Sevilla, realizó un descubrimiento que cambiaría para siempre el estudio de la cultura tartésica. Durante unas excavaciones para preparar una terraza en las instalaciones de la Real Sociedad de Tiro de Pichón, Alonso encontró casi en la superficie un brazalete de oro de 24 quilates. Lo que parecía una simple pieza, incompleta y sin valor aparente para los trabajadores, resultó ser la punta de un conjunto arqueológico invaluable.

Al continuar buscando para encontrar la parte faltante, descubrieron un recipiente de barro cocido, un lebrillo, que contenía muchas otras piezas. Desgraciadamente, este se rompió, mezclando fragmentos de cerámica y dificultando su conservación. En un principio, algunas de las piezas fueron confundidas con imitaciones hechas de latón o cobre y, de hecho, se repartieron entre los trabajadores sin darle mayor importancia. Una de las piezas incluso fue doblada y rota para demostrar que no era oro.

Tesoro del Carambolo

JULIO MUÑOZ

Tesoro del Carambolo

Sin embargo, la directiva del Tiro de Pichón solicitó la ayuda del arqueólogo y catedrático Juan de Mata Carriazo, quien tras analizar el hallazgo, dató las piezas entre los siglos VII y VI a.C. y describió el conjunto como un tesoro formado por 21 piezas de oro puro, con un peso total cercano a los 3 kilogramos. Joyas profusamente decoradas, con un arte delicado y bárbaro a la vez, que reflejaban una clara identidad tartésica y que merecían un lugar destacado en la historia arqueológica de la península.

Un tesoro que une culturas y desafía el tiempo

El Tesoro de El Carambolo no es solo un conjunto de joyas. Representa la síntesis de una cultura local con la influencia fenicia, resultado de siglos de comercio y mestizaje cultural en el sur de la península ibérica. En 2018, una investigación científica determinó que el oro utilizado para fabricar las piezas provenía de minas ubicadas a menos de 20 kilómetros del lugar del hallazgo, confirmando su origen local.

El conjunto incluye 16 placas rectangulares, 2 pectorales, 1 collar y 2 brazaletes, elaborados con técnicas variadas y sofisticadas como el fundido a la cera perdida, laminado, troquelado y soldado. Algunas piezas presentan incrustaciones de turquesas y piedras semipreciosas, y el collar con medallones grabados utiliza técnicas típicas de Chipre, reflejando la amplia red de intercambios comerciales y culturales que existían en esa época.

Tesoro del Carambolo

Jose Manuel Vidal

Tesoro del Carambolo

Históricamente, los Tartessos fueron una civilización que se asentó en el área que hoy ocupan Huelva, Cádiz y Sevilla, entre los siglos XI y VI a.C. Su prosperidad se basaba en el comercio de materias primas con fenicios y otros pueblos mediterráneos, lo que les permitió adquirir nuevos cultivos y técnicas. El descubrimiento del Tesoro de El Carambolo supuso un punto de inflexión en el estudio de esta cultura, que hasta entonces carecía de pruebas materiales contundentes.

Conservación y legado del tesoro

Más tesoros del Patrimonio Nacional

Tras su adquisición por el Ayuntamiento de Sevilla en 1964, el tesoro pasó a formar parte del Museo Provincial de Arqueología. Debido a su gran valor, las piezas originales se conservan bajo estricta seguridad, en una caja fuerte bancaria, mientras que el público puede admirar una réplica en el museo.

El yacimiento donde se encontró permanece protegido bajo una capa de arena que actúa como un “búnker” natural, asegurando la conservación de las ruinas a pesar de la falta de excavaciones y recursos económicos para su explotación. Este método evita la erosión y daños en el sitio original, un lugar cargado de historia y misterio.

El hallazgo del Tesoro de El Carambolo no solo supuso recuperar un conjunto de joyas excepcionales, sino que también permitió reivindicar la importancia de Tartessos, una civilización que supo combinar influencias locales y mediterráneas para dejar una huella imborrable en la historia de la península ibérica.

Temas relacionados

Visto en ABC

Herrera en COPE

Herrera en COPE

Con Carlos Herrera

Lunes a viernes de 06:00h a 13:00h

Programas

Último boletín

05:00 H | 22 OCT 2025 | BOLETÍN

Boletines COPE
Tracking