El botón secreto de tu coche con el que enfriar más rápido al poner el aire acondicionado este verano de vacaciones
Los expertos, tanto en automoción como los médicos, recomiendan que debemos poner el termostato entre 21 y 24 grados para mantener el habitáculo fresco

Carlos Moreno 'El Pulpo' descubre con el experto en motor Alfonso García 'Motorman' cuál es la temperatura ideal al poner el aire acondicionado en el coche
Publicado el
3 min lectura
Durante los días de calor extremo, cuando el interior de un coche puede alcanzar temperaturas superiores a los 50 grados, muchos conductores siguen sin conocer una función clave que puede marcar la diferencia al poner el aire acondicionado. Se trata del botón de recirculación del aire, una función que, si bien puede ayudarnos a enfriar el habitáculo más rápidamente, también puede volverse en contra si no sabemos cuándo desactivarla.
Más sobre Alfonso García 'Motorman'
Carlos Moreno ‘El Pulpo’ ha abordado este tema en el programa Poniendo las Calles, donde junto a Alfonso García ‘Motorman’, especialista en motor, han desvelado el truco que puede mejorar la climatización del coche sin disparar el consumo ni poner en riesgo la salud de los ocupantes.
“Al final se traslada el debate de las oficinas y los puestos de trabajo a los coches, donde unos pasan frío, otros calor, o están los exagerados en cuanto al frío”, explicaba ‘Motorman’ ante el dilema de cada verano.
La temperatura ideal
Cada verano se repite la misma escena: un conductor ajusta el aire a 16 grados esperando un alivio instantáneo, mientras el copiloto protesta por el frío. Sin embargo, los expertos lo tienen claro. Según indica Alfonso García, tanto los especialistas en automoción como los médicos coinciden en que el rango óptimo para el termostato está entre 21 y 24 grados.

Vista interior del automóvil BMW X3 que muestra la palanca de cambios junto con la unidad de control de climatización y el sistema de entretenimiento.
“Programar a 22 grados es el punto óptimo para conseguir el confort térmico para los ocupantes y el conductor”, afirmaba el experto. Esta configuración no solo evita los cambios bruscos de temperatura que pueden afectar a la salud, también ayuda a contener el consumo de combustible.
Y es que cada grado por debajo de ese umbral supone un esfuerzo mayor para el compresor del aire acondicionado, especialmente en entornos urbanos con constantes paradas y arranques. El sistema trabaja más, el motor del compresor sube de revoluciones y, como consecuencia, aumenta el gasto.
“Cada grado por debajo obliga al compresor a trabajar más”, recuerda García, incidiendo en que este esfuerzo se paga, sobre todo, en ciudad.
Para reducir el calor acumulado en el interior del coche, los especialistas recomiendan ventilar el habitáculo durante unos minutos antes de encender el aire. Esto puede hacerse abriendo puertas y ventanillas para dejar salir el aire caliente.
El truco del botón de recirculación
Aquí entra en juego el llamado “botón secreto” al que se refería Carlos Moreno: el de recirculación del aire. Este botón, identificado normalmente con un icono de un coche con una flecha circular dentro, permite que el sistema utilice el aire del interior del coche en lugar del aire exterior.

Una mano ajusta suavemente una elegante y estilizada salida de aire del automóvil para garantizar una comodidad óptima y un control climático eficaz.
“Solo utilizar el aire acondicionado por debajo de los 20 grados para enfriar rápido de forma puntual. Y ventilar el coche unos minutos abriendo puertas y ventanillas antes de poner el aire acondicionado. Luego, activar el botón de recirculación para enfriar más rápido, y después quitarlo”, detallaba ‘Motorman’.
Esto significa que el botón de recirculación no debe dejarse activado durante mucho tiempo. Si lo hacemos, el aire del interior se irá empobreciendo en oxígeno, lo que puede provocar molestias como somnolencia o dolor de cabeza, especialmente en trayectos largos.
Por tanto, una vez que el habitáculo haya alcanzado la temperatura deseada, es fundamental desactivarlo para permitir que entre aire limpio del exterior. De lo contrario, el remedio puede ser peor que la enfermedad.
Así que ya lo sabes: ventila primero, activa la recirculación, pero no te olvides de quitarla. Tu coche, tu salud y tu bolsillo te lo agradecerán.