El Papa Francisco muestra durante el vuelo a Kazajistán su disposición de viajar a China

China y el Vaticano rompieron relaciones en 1951, aunque en los últimos años se han producido acercamientos, como el nombramiento de obispos que se firmó en 2018

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El Papa Francisco se ha mostrado dispuesto a viajar a China. Así lo ha manifestado el obispo de Roma a los periodistas en el avión papal que le lleva este martes, 13 de septiembre, hasta Kazajistán.

No obstante, Francisco ha querido aclarar que no tiene constancia de una posible reunión con el presidente chino, Xi Jinping en la ciudad de Nursultán donde, por coincidencia, ambos líderes estarán en los próximos días.

"Yo de eso no tengo noticias, pero yo siempre estoy dispuesto a viajar a China", ha expresado el Pontífice, que en varias ocasiones ha expresado su deseo de visitar este país con el que rompieron las relaciones en 1951 pese a los acercamientos que se han producido en los últimos años, como el acuerdo entre el Vaticano y el gobierno chino para el nombramiento de los obispos que se firmó en 2018 y que se renueva cada dos años y debería renovarse en octubre de este año.

Un acuerdo que ha servido para poner fin a los años de persecuciones y a la existencia de una Iglesia católica clandestina que obedecía al Papa y la otra llamada "oficial", aunque los problemas de convivencia continúan existiendo actualmente.


Los regalos que ha recibido el Papa Francisco en el vuelo a Kazajistán

El Papa Francisco permanecerá en Kazajistán durante tres días, para participar en el séptimo Congreso de Líderes de las Religiones mundiales y tradicionales. A pesar de sus problemas en la rodilla, que le impiden caminar durante mucho tiempo y que le han obligado a usar una silla de ruedas, quiso saludar uno a uno a los 75 periodistas que viajan con él.

Durante este momento del viaje suele recibir algunos regalos y esta vez se le entregó una escultura de una paloma de la paz de una asociación mexicana. También ha recibido una tela tradicional que usan las mujeres en Mozambique que le donaron las monjas combonianas que recientemente sufrieron un ataque en este país y una de las misioneras falleció, mientras que el resto de las religiosas pudieron ponerse a salvo.

"Estas son las mujeres de la periferia, así me gusta llamarlas", dijo el Papa recibiendo el regalo de las religiosas.

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