El Papa León XIV a los religiosos: "La vocación es una oportunidad para llevar el mensaje evangélico"

El Papa León XIV ha dirigido un mensaje a los sacerdotes, seminaristas, religiosos y religiosas latinoamericanos que estudian en Roma. Durante una reunión celebrada este 12 de diciembre, fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, el pontífice ha exhortado a anunciar la primacía absoluta de Cristo desde la llamada vocacional.

La iniciativa del Señor

En su reflexión, el Papa ha destacado que la llamada vocacional parte siempre de la "absoluta iniciativa del Señor". Ha recordado que Jesús llamaba a sus discípulos con la palabra "sígueme", encontrando en ella el propósito más profundo de la vida consagrada, para que sea una "oportunidad para llevar el mensaje evangélico a los pecadores".

El Santo Padre también ha reflexionado sobre la exigencia del Evangelio, que insta a tomar conciencia del compromiso que supone la vocación. Ha mencionado tres exigencias clave: la primacía absoluta de Dios, el conocimiento de la ley divina y el desasimiento de toda seguridad humana, ofreciendo todo lo que uno es y tiene.

Anunciar a Cristo en una sociedad de ruidos

Ante una "sociedad de ruidos que confunde", León XIV ha hecho un llamado a anunciar la primacía absoluta de Cristo. Según el pontífice, el conocimiento de la Ley divina se alcanza "gracias a la lectura de las Sagradas Escrituras, meditada en el silencio de la oración profunda, a la reverente acogida de la voz de los legítimos pastores y al estudio atento de los tesoros de sabiduría que ofrece la Iglesia".

El Papa ha animado a los presentes a que, en medio de las dificultades y crisis, la consigna sea: "Si Cristo pasó por ahí, también nos corresponde vivir lo que Él vivió". Ha advertido que "no debemos apegarnos a los aplausos porque su eco dura poco; tampoco es sano quedarnos sólo en el recuerdo del día de crisis o de los tiempos de amarga decepción".

Además, ha añadido que todo ello forma parte de la formación personal: "Miremos más bien que todo ello es parte de nuestra formación y digamos: si Dios lo ha querido para mí yo también lo quiero". Finalmente, ha encomendado a los religiosos a la Virgen María de Guadalupe para que les enseñe a responder con valentía y anunciar la alegría de haber encontrado a Cristo.