El Papa alerta sobre la tragedia en Sudán y reclama a la comunidad internacional “una respuesta para poner fin al conflicto”
El pontífice ha dedicado la Audiencia General de este miércoles a rezar por Sudán y ha pedido a la comunidad internacional "garantizar corredores humanitarios y abrir un diálogo inclusivo para poner fin al conflicto"

Madrid - Publicado el - Actualizado
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En la Audiencia General de este miércoles 3 de septiembre, el Papa León XIV ha dedicado un momento para pedir y rezar por Sudán. “Un desprendimiento ha causado muchísimos muertos, dejando mucho dolor y desesperación, y por si esto no era todo, la difusión del cólera amenaza a centenares y millones de personas ya débiles. Estoy aún más cercano al pueblo de Sudán, en especial a los niños y las familias” ha señalado.
El Santo Padre ha comenzado diciendo que habían llegado noticias dramáticas desde Sudán, numerosos civiles están atrapados en la ciudad víctima de escasez y violencia: “Hago un llamamiento a los responsables y a la comunidad internacional para que se garanticen corredores humanitarios y que se haga una respuesta para poner fin. Es tiempo de lanzar un diálogo serio y sincero inclusivo entre las partes para poner fin al conflicto, y restituir al pueblo de Sudán: la esperanza, la dignidad y la paz”.
El Papa invita a reconocer la fragilidad como camino hacia Dios
Por otra parte, el Papa León XIV ha dedicado su catequesis a las palabras de Jesús en la cruz: “Tengo sed” y “Todo está cumplido”. Según ha explicado, estos versículos del Evangelio de san Juan condensan la misión de Cristo, que no aparece como un héroe triunfante, sino como alguien que, en su debilidad, pide amor y comunión. “En la cruz Jesús no proclama ni condena, sino que mendiga amor, manifestando así su humanidad y también la nuestra”, ha señalado el Santo Padre.

El Papa León XIV llega para presidir la Audiencia General semanal en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, el 3 de septiembre de 2025.
León XIV ha recordado que esta sed no es solo la de un cuerpo herido, sino sobre todo la expresión de un deseo profundo de amor y de encuentro. “La vida se cumple no cuando somos fuertes, sino cuando aprendemos a recibir”, ha afirmado. Además, ha advertido que, frente a una cultura que exalta la autosuficiencia, el Evangelio muestra que la verdadera medida de la humanidad está en la capacidad de dejarnos amar y de pedir ayuda.
El Papa ha invitado a los fieles a no avergonzarse de reconocer la propia fragilidad y a descubrir en ella un camino hacia Dios. “La sed de Cristo es también la nuestra, el grito de toda humanidad que busca agua viva”, ha afirmado, recordando que en la fraternidad, en la sencillez y en el gesto humilde de tender la mano se esconde una alegría que el mundo no conoce. “No temamos pedir, porque es precisamente allí, en ese gesto humilde, donde se abre el espacio de la salvación”, ha concluido .