El Papa recuerda el inicio del pontificado de San Juan Pablo II, hoy hace 47 años: "Todos estamos llamados"

En la Audiencia General León XIV ha señalado que la tristeza es la enfermedad de nuestro tiempo, y ha pedido que no perdamos la esperanza

EFE

Ana Palacios de Elías

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Hoy ha recordado la festividad y la memoria litúrgica de San Juan Pablo II, y ha señalado que justo hoy hace 47 años en esa misma plaza le exhortaba al mundo a abrirse a Cristo. Este llamamiento sigue siendo válido hoy: "todos estamos llamados". 

León XIV, ha recordado que el mes de octubre nos invita a renovar nuestra cooperación en la misión de la Iglesia, con la fuerza de la oración, "con las posibilidades de la vida conyugal y las fuerzas de la juventud, sepan ser misioneros del Evangelio". 

 El paradigma de la tristeza humana    

El Papa León XIV ha dedicado la catequesis de la Audiencia General de este miércoles a reflexionar sobre cómo la resurrección de Jesucristo puede curar una de las “enfermedades de nuestro tiempo”: la tristeza. Según el Pontífice, este acontecimiento es una “explosión de vida y alegría” que cambia el sentido de la realidad y se contrapone a un sentimiento que invade a muchas personas y les quita el sentido y el vigor de la vida.

Para ilustrar esta experiencia, el Papa ha recordado el relato del Evangelio sobre los discípulos de Emaús. Ellos, “desilusionados y desanimados”, se alejan de Jerusalén tras la crucifixión de Jesús, dejando atrás sus esperanzas. “La esperanza se ha desvanecido, la desolación se ha apoderado de su corazón”, ha explicado el Papa, señalando que su viaje simboliza la derrota y el retorno a la normalidad cuando todo parece perdido.

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En su camino se les une un viandante, que es Jesús resucitado, pero no lo reconocen porque “la tristeza les nubla la mirada”. Tras escucharlos, Jesús los reprende por ser “duros de entendimiento para creer en todo lo que han dicho los profetas” y, a través de las Escrituras, les demuestra que Cristo debía sufrir y resucitar. Este encuentro reaviva en sus corazones “el calor de la esperanza”.

El gesto que lo cambia todo

Al llegar a su destino, invitan al desconocido a quedarse y, durante la cena, Jesús “toma el pan, lo parte y lo ofrece”. En ese momento, los discípulos lo reconocen, pero Él desaparece. Según ha explicado León XIV, “el gesto del pan partido les reabre los ojos del corazón” y, llenos de alegría, regresan a Jerusalén para anunciar: “¡Es verdad, el Señor ha resucitado!”.

La victoria de la vida no es una palabra vana, sino un hecho real, concreto"

León XIV

El Papa ha subrayado que en el adverbio “verdaderamente” se cumple el destino de la historia humana. “La victoria de la vida no es una palabra vana, sino un hecho real, concreto”, ha afirmado, añadiendo que Jesús no resucitó con palabras, sino con su cuerpo que conserva las marcas de la pasión, sello perenne de su amor por nosotros”.

Una nueva mirada sobre el mundo

Finalmente, el Santo Padre ha invitado a que la “alegría inesperada” de los discípulos de Emaús sea un recordatorio cuando el camino se hace difícil. Ha asegurado que el Resucitadocamina con nosotros y por nosotros”, infundiendo una esperanza que llena el vacío de la tristeza. “Reconocer la Resurrección significa cambiar la mirada sobre el mundo: volver a la luz para reconocer la Verdad que nos ha salvado y nos salva”, ha concluido.

Él solo hace posible lo imposible!"

León XIV

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