Los obispos europeos toman la palabra por la paz: "Que los líderes de la UE vuelvan a los principios fundadores de unión en la diversidad"
Ante una situación internacional cada vez más complicada, los obispos europeos han publicado un comunicado en el que instan a los líderes de la Unión a tener un papel más comprometido con la paz mundial

La UE está perdiendo fuerza y relevancia en un panorama internacional cada vez más incierto
Madrid - Publicado el
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La Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE) ha publicado una serie de recomendaciones para que los líderes europeos vuelvan a los principios fundacionales de la UE, ante un papel internacional de la Unión, cada vez más "cuestionado": "Su vocación como proyecto de paz, enraizado en los valores de la dignidad humana, la solidaridad y la justicia, exige una renovación de la visión de los padres fundadores con "fidelidad creativa" a sus raíces políticas, culturales y espirituales", comienza el documento.
Una pérdida de relevancia evidente
Ha habido una serie de acontecimientos que han evidenciado esa pérdida de relevancia del gran proyecto europeo en la diplomacia mundial, pero, sin duda el más importante es que su papel en las negociaciones de paz en la guerra de Ucrania, una guerra en Europa, ha sido completamente ninguneado. Los obispos, que ya se posicionaron a favor de la inclusión del país atacado por Rusia, han vuelto a abogar por una ampliación de los países miembros:
"Ampliar la Unión podría ser visto, no solo como una necesidad geopolítica, sino como una oportunidad económica para mejoras laborales y un crecimiento sostenible, pero, sobre todo, sería un mensaje muy potente de esperanza a los ciudadanos de los países candidatos y una respuesta a su deseo de vivir con paz y justicia después de un largo periodo de conflictos violentos", aseguran los obispos de la Unión.

Zelenski quiere unirse a la Unión Europea
Los principios cristianos son inherentes a la unión europea
El legado histórico, moral y ético que deriva en el nacimiento de la Unión Europea como una institución supranacional para que los países del Viejo Continente se uniesen más allá de los aspectos económicos, tiene claramente una raíz cristiana. Los obispos han querido detenerse en este asunto, citando al Papa Benedicto XVI: "Estos valores, que forman parte del alma del Continente, deben permanecer en la Europa del tercer milenio como raíz de la civilización. Si estos valores desaparecen, ¿cómo podrá el Viejo Continente seguir con su función de modelo para todo el mundo?".

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Estas palabras que Benedicto XVI pronunció en el año 2007 han acabado siendo proféticas y hoy nos encontramos ante una Europa que cada vez está perdiendo más influencia internacional, en gran parte por la falta de unidad interna, los países miembros cada vez cumplen menos con esos valores fundacionales de comunidad, bien común y unidad. El interés nacional predomina sobre el comunitario, un hecho que llegó a su punto álgido con la salida del Reino Unido de la Unión Europea.