Más de de 260 religiosos expulsados en 7 años: el balance de la persecución religiosa en Nicaragua

Cuatro obispos, 140 sacerdotes y más de 90 religiosas han sido obligados al exilio. La represión incluye también el cierre de 1.294 organizaciones religiosas y la confiscación de sus bienes

La represión y la persecución contra la Iglesia en Nicaragua

La represión y la persecución contra la Iglesia en Nicaragua

Gonzalo de Esteban

Madrid - Publicado el

2 min lectura

Desterrados, expulsados y obligados al exilio. Esta es la dramática realidad que viven 261 religiosos nicaragüenses según denuncia la ONG humanitaria Colectivo Nicaragua Nunca Más en su informe "Fe bajo fuego". Entre los desterrados se encuentra Carlos Enrique Herrera, presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua.  

La lista de religiosos expulsados por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo incluye figuras de máximo nivel eclesiástico: los obispos Silvio Báez, Rolando Álvarez e Isidoro Mora, además del nuncio apostólico monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag. Junto a ellos han sido desterrados cerca de 140 sacerdotes, más de 90 religiosas, una decena de seminaristas y tres diáconos que tuvieron que abandonar sus comunidades de la noche a la mañana.  

Esta política de destierro sistemático no solo se limita a las personas. El régimen ha cerrado 5.609 asociaciones sin fines de lucro, de las cuales 1.294 eran organizaciones religiosas que funcionaban como iglesias, universidades, colegios, centros de formación, clínicas y organizaciones humanitarias. A todas estas instituciones les fueron confiscados sus bienes, dejando en el desamparo a miles de familias que dependían de sus servicios.  

El presidente de Nicaragua, Daniel OrtegaEuropa Press/Contacto/Iranian Presidency15/6/2023

Iranian Presidency

El presidente de Nicaragua, Daniel OrtegaEuropa Press/Contacto/Iranian Presidency15/6/2023

Paralelamente, el Instituto Estatal de Telecomunicaciones ha clausurado 54 medios de comunicación, de los cuales 22 tienen carácter religioso, silenciando voces que llevaban décadas acompañando la fe del pueblo nicaragüense.  

 El Vaticano rompe relaciones tras los destierros  

En el 2022, el Papa Francisco calificó como "dictadura grosera" el régimen de Ortega, mientras que el mandatario nicaragüense respondió disolviendo la Compañía de Jesús y llamando "mafia" a la Iglesia católica.

Esta crisis sin precedentes ha movilizado al episcopado mundial. Los obispos de Centroamérica se unieron en oración por sus hermanos nicaragüenses, mientras que Vatican News ha documentado el rechazo internacional a estas políticas represivas.

La represión trasciende las fronteras confesionales. Pastores evangélicos han sufrido desaparición forzada, como el caso del pastor Rudy Palacios, que permanece detenido. La histórica iglesia Morava perdió su personalidad jurídica tras décadas de presencia en territorio nicaragüense, mientras que múltiples congregaciones protestantes operan bajo constante amenaza.  

 El origen del destierro  

El origen de esta persecución se remonta a las protestas ciudadanas de 2018, cuando las iglesias jugaron un papel mediador crucial. Los templos se convirtieron en refugio para manifestantes heridos, los obispos denunciaron públicamente los abusos y la jerarquía eclesiástica acompañó las demandas democráticas del pueblo. Esta coherencia evangélica les convirtió, a ojos del matrimonio Ortega-Murillo, en una "amenaza" para su permanencia en el poder.  

Seis años después, la situación no muestra signos de mejora. Con Daniel Ortega consolidando un régimen cada vez más autoritario, la Iglesia nicaragüense vive bajo amenaza constante. Los 261 religiosos desterrados son solo la cifra visible de una persecución que afecta a miles de fieles que viven su fe en un clima de miedo e incertidumbre.  

Temas relacionados

Tracking