Miguel Tovar, sacerdote más joven de España (24): "Lo que unen a Carlos Alcaraz y al Papa León XIV son la cercanía y la humanidad"
Vicario de Caravaca de la Cruz y capellán del Real Murcia, Tovar ha compartido en 'Ecclesia al día' el momento en el que dio la bendición al tenista en un partido de Copa del Rey: "Me llevé una sorpresa tremenda"

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Miguel Tovar, con tan solo 24 años, es el sacerdote más joven de España, pero desde ahora también puede presumir de haber dado la bendición a uno de los mejores deportistas de nuestro país y de todo el mundo, a Carlos Alcaraz. Fue en el partido de Copa del Rey que enfrentaba al Real Murcia, club del que Tovar es su capellán, contra el Antequera.
El sacerdote ha compartido en 'Ecclesia al día' cómo fue su experiencia junto al tenista número 1 del mundo en la Nueva Condomina, estadio del Real Murcia: “Yo llego al partido veinte minutos tarde porque tenía mis tareas pastorales en Caravaca de la Cruz y vi a alguien con la cabeza y el pelo como Carlitos, y era él, me llevé una sorpresa tremenda”.
Ya en el descanso, Miguel Tovar tuvo la oportunidad de saludar a Alcaraz y a sus amigos: “Estuvimos hablando y conociéndonos, bromeamos con la bendición, que recibió antes del US OPEN, y cuando bajamos al final del partido por el ascensor, le dije que la bendición se la tenía que dar y se la di. Así se gestó, con una cercanía y sencillez que le hace grande a Carlos Alcaraz”, ha detallado el capellán del Real Murcia.
Un gesto por parte del joven tenista que para Tovar refleja la sencillez y humildad del tenista: “Estuve con él en la misma fila viendo el partido como dos aficionados del Real Murcia, y lo vi con una sencillez tremenda y humildad muy grande. Esa humildad y esa sencillez que le hace tan grande como tenista y como persona”, ha puntualizado.
Ser capellán del Real Murcia: "Al principio de temporada los jugadores se sorprenden mucho"
El obispo de Cartagena encomendó al joven sacerdote ser vicario de Caravaca de la Cruz y compaginar la tarea con la capellanía del club de referencia de la región murciana. Esta última labor, precisa Tovar, ha cambiado mucho en los últimos años.
“Antes los capellanes tenían una labor marcada en los equipos, pero hoy en día ya el simple hecho de que un club de fútbol decida tener capellán, es un signo de presencia del Señor en un mundo tan distinto como el fútbol”.
Entre sus labores destaca “hacer acto de presencia, hacer al Señor presente, charlar con los futbolistas, intento ir a uno o dos entrenamientos por semana para hablar con futbolistas y equipo técnico o, si hay una rueda de prensa importante, estar presente”, ha detallado.
En este sentido, Miguel Tovar ha precisado que su labor al lado de los jugadores es muy valorada y respetada por toda la plantilla, incluido por los que están más alejados de Dios: “Al principio de temporada se sorprenden mucho, pero el hecho de ver cómo un sacerdote se acerca, hace su vida normal y está en el día a día con ellos les cambia su percepción de la Iglesia, lo ven como algo que no los juzga, un Dios que no viene a juzgar sino que está presente en las cosas normales del día a día y es ahí donde se desarrolla la santidad”, ha reflexionado el joven presbítero.
“Hay futbolistas que se acercan más, otros son menos creyentes pero percibo siempre un respeto muy grande. Incluso en el día a día gastamos bromas y se recibe con normalidad”, ha agregado.
El encuentro de Miguel TOvar con el Papa León XIV
Y es que para Tovar, el deporte es una herramienta muy valiosa para acercarse a la fe, al transmitir unos valores que la Iglesia custodia desde sus inicios, como el esfuerzo, el sacrificio o la paciencia: “Lejos de notar rechazo en un mundo alejado de la Iglesia como el fútbol, percibo siempre mucho cariño y cercanía. Noto que cuando te acercas desde el respeto y sin imponer nada, la gente lo acoge bien”, ha insistido.
No solo la bendición a Carlos Alcaraz, el sacerdote murciano también vivió un momento único el pasado mes de agosto durante el Jubileo de los Jóvenes, cuando tuvo la oportunidad de saludar al Papa León XIV: “Fue un regalo del Señor porque fue un viaje que no tenía planificado. Me destinaron dos semanas a La Manga y se me quedaron unos días sueltos y le dije a mis padres de ir a Roma”, ha relatado.
Para Tovar, lo que une a Alcaraz y al Santo Padre son “la cercanía, una humanidad y normalidad”, ha apostillado.





