El futbolista del Levante que cambió las fiestas por la fe: “este cambio de 'chip' me lo dio Dios”

El jugador de fútbol sala Pablo Rochina vive su carrera deportiva desde la fe y el Camino Neocatecumenal, queriendo ser testimonio de Dios dentro y fuera del campo

Pablo Rochina, jugador del Levante UD Fútbol Sala

Pablo Rochina, jugador del Levante UD Fútbol Sala

Gonzalo de Esteban

Madrid - Publicado el

2 min lectura

Desde pequeño, Pablo Rochina creció con una fe “heredada” dentro del Camino Neocatecumenal: ir a misa, seguir rituales, obedecer sin comprender del todo. Pero con el paso de los años, esa fe infantil se fue apagando, sumergido en las ocupaciones del mundo, el deporte, los estudios y lo que parecía atractivo a su alrededor. Hasta que llegó un momento decisivo: “este cambio de chip me lo dio Dios”, asegura el jugador del Levante UD Fútbol Sala.  

Rochina ha relatado que pasó un tiempo alejado de la iglesia: “Durante dos o tres años estuve sin ir, y poco a poco volví”. Reconoce que en su juventud priorizaba fiestas o actividades sociales antes que el cultivo interior: “Prefería salir que ir a misa… llegué a notar que estar en adoración me llenaba más que cualquier fiesta”.

Ese periodo de búsqueda, errores y regresos lo llevó a una conversión interior más madura. Fue, en sus palabras, cuando volvió a retomar las catequesis del Camino y las eucaristías, con un gradual redescubrimiento de la fe: “No me he vuelto a alejar”, ha afirmado con convicción. Hoy, su relación con Dios marca cada aspecto de su vida deportiva. En su entrevista para el canal  ´El Rosario de las 11 PM´ ha explicado cómo su conducta dentro del vestuario busca ser coherente: “Intento ser ejemplo … poner la otra mejilla si en el trabajo me están haciendo la vida imposible, no tener una mala palabra con nadie”.  

Pablo Rochina, jugador del Levante UD Fútbol Sala, en la JMJ de Lisboa 2023

Pablo Rochina, jugador del Levante UD Fútbol Sala, en la JMJ de Lisboa 2023

La fe que moldea estilo de vida  

Rochina ha sostenido que no basta con profesar creencias; hay que vivirlas en el día a día. En su rutina, va diariamente a misa a primera hora, reza cuando puede, y trata de infundir gestos cristianos incluso en el trato más cotidiano con compañeros: “Ser sal, luz y fermento, que la gente vea que hay luz en ti. Si dices que con Dios se vive mejor pero te ven apagado, estás haciendo un mal servicio al Evangelio”.  

Reconoce que no es sencillo: “Estás inmerso en mil cosas que no tienen que ver con Dios, y en el mundo del fútbol ves infidelidades, malas caras, comportamientos contrarios a lo que enseña la Iglesia”, dice. Pero subraya que es precisamente allí donde la fe tiene sentido y fuerza: en medio del ruido, del egoísmo, de la competencia.  

Pablo Rochina, jugador del Levante UD Fútbol Sala

Pablo Rochina, jugador del Levante UD Fútbol Sala

Un mensaje para quienes no ven a Dios

Pablo revela también su vocación personal: no sólo aspira a una carrera deportiva, sino a un proyecto de vida con Dios al centro. “Mi vocación es al matrimonio, encontrar a una mujer, y transmitir la fe a mis hijos”, ha declarado. Y señala que incluso en momentos dolorosos se cuestionó por qué suceden ciertas tragedias. “Me lo pregunté los primeros días”, ha admitido, “pero al ver la respuesta solidaria de la juventud pensé: Dios quiere salir a la luz en medio del caos”.    

Pablo Rochina, jugador del Levante UD Fútbol Sala

Pablo Rochina, jugador del Levante UD Fútbol Sala

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