El cardenal Cobo destaca "la huella de amor" que deja en Madrid José Antonio Álvarez: “Intercede por los que amaste y te desgastaste”
El arzobispo de Madrid ha presidido en la Almudena el funeral por el obispo auxiliar, fallecido a consecuencia de un infarto con tan solo 50 años: "Lo que queda no son sus títulos, sino las huellas de amor que ha dejado"

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El arzobispo de Madrid, el cardenal José Cobo, ha recordado a José Antonio Álvarez como un sacerdote entregado, que deja una labor de “siembra silenciosa y de sacrificio escondido” en la misa funeral que se ha celebrado en la Catedral de la Almudena.
En su homilía, José Cobo ha recalcado que la labor como obispo auxiliar de la diócesis de Álvarez, fallecido este miércoles a consecuencia de un infarto fulminante con 50 años, ha sido la de un apóstol “que deja semillas” sin “grandes monumentos ni logros visibles”.
“Deja la Palabra predicada, los sacramentos celebrados, las lágrimas compartidas, la fe transmitida. La gloria no es la de la admiración del mundo, sino la de la cruz asumida. La gloria auténtica brota desde el sacrificio, desde el amor que no se guarda, desde la fidelidad pequeña y cotidiana, como vimos en su vida”, ha sostenido el cardenal Cobo.

"lo que queda de un pastor no son sus cargos ni sus títulos, sino las huellas de amor que ha dejado"
En este sentido, el titular de la archidiócesis madrileña asegura que “lo que queda de un pastor no son sus cargos ni sus títulos”, sino “las huellas de amor que ha dejado en su diócesis”.
Huellas, señala Cobo, que son las que se recordarán de Álvarez: “Su vida misma ha quedado y queda, por el misterio de la Resurrección, sembrada entre nosotros. Muere para nacer para la Vida eterna, y los frutos de su ministerio siguen creciendo en quienes fueron tocados por su palabra, su perdón, su presencia”.
Para Cobo, la presencia del ataúd de José Antonio Álvarez en el altar de la Catedral de la Almudena, nos deja la certeza de que “el Señor no defrauda, la esperanza en Él no queda nunca defraudada. Quien confía en Cristo resucitado no queda jamás defraudado pues se inserta en el misterio del grano de trigo, en el misterio de la Eucaristía, en el misterio de la Vida eterna. en Dios”, ha continuado argumentando.

El cardenal Cobo pide a álvarez interceda por su familia: "El corazón de Cristo ha vencido al mal"
Al final de su alocución, el arzobispo de Madrid muestra su confianza de que el obispo auxiliar fallecido sigue intercediendo “por los que amaste y por quienes te desgastaste”, recordando en este punto a Ángela, la madre de José Antonio Álvarez, así como al resto de su familia y los sacerdotes: “Procura que el Señor siga convocando jóvenes para pastorear a su pueblo”.
Finalmente, el cardenal Cobo ha insistido en que la muerte “no tiene la última palabra. El corazón de Cristo ha vencido al mal y al pecado, y en ese corazón ponemos hoy la vida de nuestro hermano obispo”.