Una valenciana sufre una infidelidad y, en lugar de dejar a su marido, acude a la Iglesia: "Lo más importante de todo es saber escuchar y juzgar"
El servicio de acompañamiento y mediación canónica con el que cuenta la archidiócesis de Valencia cree que una pareja se puede arreglar y superar este proceso

Carlos Moreno 'El Pulpo' descubre la historia positiva detrás del Samic
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La historia de Caty y Paco, una pareja que pudo haber terminado tras una infidelidad, se ha convertido en símbolo de esperanza para muchos matrimonios en crisis. Su historia no solo conmovió a los oyentes de Poniendo las Calles, el programa de madrugada que dirige Carlos Moreno El Pulpo en COPE, sino que también refleja cómo el acompañamiento espiritual y humano puede cambiar el rumbo de una relación rota.
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Caty es italiana, vive en Valencia, y en medio de una profunda crisis matrimonial tomó una decisión poco común: no rompió su matrimonio, sino que escribió al Papa Francisco. En su carta, le pedía consejo para superar la traición que había sufrido. La respuesta del Pontífice fue clara: “El amor puede curar todas las heridas y resucitar el matrimonio”.
La decisión de Caty y su marido Paco fue acudir al SAMIC, el Servicio de Acompañamiento y Mediación Canónica que impulsa la archidiócesis de Valencia. Allí encontraron no solo ayuda profesional, sino también un modelo de sanación basado en el testimonio de otras parejas que también han pasado por lo mismo. Hoy ellos son parte de ese engranaje y acompañan a otros matrimonios. “Lo más importante de todo es saber escuchar y no juzgar”, explica Paco, que ahora colabora como matrimonio acompañante.
Cuando el perdón es un camino
El director del SAMIC, Jorge García Montagud, asegura que con ayuda especializada y formación específica, una pareja sí puede recomponerse. “Hemos sido testigos de cómo matrimonios que parecían destruidos se han salvado”, afirma. La clave está en aplicar lo que el Papa Francisco llama una “pastoral de la misericordia”, centrada en el perdón, la escucha y el acompañamiento mutuo.

Jorge García Montagud, director del SAMIC
Una de las herramientas más potentes de este servicio es el acompañamiento de matrimonios que han vivido situaciones similares. “Que otra pareja que ha superado una crisis te mire a los ojos y te diga ‘se puede’, cambia todo”, insiste Jorge. El enfoque no es solo espiritual: el SAMIC ofrece apoyo psicológico, jurídico, mediación familiar y asistencia a los hijos de la pareja, ya que los niños suelen ser los grandes perjudicados en estos procesos. “Inmediatamente preguntamos por ellos y les ofrecemos acompañamiento especializado”, añade.
El ejemplo de otras parejas
Aunque la mayoría de quienes acuden al SAMIC son creyentes que buscan resolver sus problemas dentro del marco de la Iglesia, también hay espacio para quienes no tienen fe. “Nos hemos encontrado con personas sin creencias religiosas que, sin embargo, se abren al perdón y terminan abrazando incluso el matrimonio canónico”, explica el responsable del servicio.
Paco y Caty representan ese renacer. Su testimonio es una prueba de que, incluso tras la herida más profunda, una relación puede sanarse si ambos deciden recorrer el camino juntos. “El matrimonio no es un camino de rosas. Tiene cosas buenas, pero también sus complicaciones”, reconoce él. Y pese a ello, su historia deja claro que no todo está perdido, y que aún en tiempos difíciles, hay espacios donde el amor puede reconstruirse.