El peligroso elemento tecnológico por el que Francia teme secuestros en los próximos meses: podría ocurrir en España
El caso de una niña secuestrada en París ha abierto la veda sobre el peligroso mercado de las criptomonedas

El secuestro de una niña en París, hija del CEO de una empresa de criptomonedas
Madrid - Publicado el
3 min lectura
París vuelve a ser escenario de un violento intento de secuestro a plena luz del día. Esta vez, la víctima era una joven madre que paseaba junto a su marido y su hijo de dos años por el céntrico barrio de la Bastilla. Tres encapuchados descendieron de una furgoneta blanca para intentar arrastrarla a la fuerza al vehículo. Las desgarradoras imágenes, grabadas desde una ventana, han dado la vuelta a las redes sociales y han vuelto a encender las alarmas sobre una preocupante tendencia en la capital francesa: los secuestros dirigidos contra personas vinculadas al negocio de las criptomonedas.
Según ha confirmado la policía, la mujer es hija de un empresario del sector de las criptodivisas, dueño de una conocida plataforma de compraventa. Afortunadamente, el intento de secuestro fue frustrado gracias a la resistencia de la víctima y la rápida reacción del marido, que fue brutalmente golpeado por los agresores. Sus gritos alertaron a los vecinos, lo que obligó a los atacantes a huir sin lograr su objetivo.

El intento de secuestro de la hija de un CEO de criptos ha despertado la preocupación en Francia
Horas después, la policía localizó la furgoneta utilizada, pero por el momento no se ha producido ninguna detención. La investigación ha pasado a manos de la Brigada de Represión del Bandidismo, especializada en delitos de este tipo.
LOS SECUESTROS A RAÍZ DEL NEGOCIO DE LAS CRIPTOMONEDAS
Mientras tanto, la sociedad francesa asiste con inquietud a esta nueva forma de violencia urbana. Porque, aunque de momento los casos se centran en figuras del mundo cripto, los métodos cada vez más agresivos hacen temer que el problema se extienda a otros sectores.
Este no es un caso aislado. En las últimas semanas, Francia ha registrado al menos tres secuestros o intentos con un patrón común: todas las víctimas están relacionadas con el lucrativo y poco regulado mundo de las criptomonedas. El 1 de mayo, un joven jugador de póker convertido en millonario gracias a sus inversiones en cripto fue secuestrado por cuatro hombres encapuchados mientras paseaba a su perro en plena calle.

La criptomonedas guardan mucho poder entre sí
En enero, el cofundador de Ledger, una empresa que fabrica monederos físicos para criptomonedas, también fue víctima de un secuestro en su propia casa. A él y a su pareja los golpearon y encerraron en el maletero de un coche. Los secuestradores llegaron a cortarle un dedo para presionar al socio y exigir un rescate millonario.
Estos ataques no parecen improvisados ni aislados. Según la policía, los autores suelen ser jóvenes entre 18 y 30 años, con un perfil muy violento y una determinación clara: obtener grandes sumas de dinero rápidamente. En uno de los casos, incluso llegaron a pedir ocho millones de euros en criptomonedas y enviaron imágenes de la tortura para acelerar la entrega.
LA PREOCUPACIÓN DE LAS AUTORIDADES CON LO SUCEDIDO
Lo que más preocupa a las autoridades y a los ciudadanos es que estos delitos están ocurriendo a plena luz del día, en barrios transitados y sin un patrón que permita prevenirlos fácilmente. Y lo más importante: se dirigen contra personas con un perfil muy concreto, los “criptoinversores”, quienes han logrado acumular grandes fortunas en poco tiempo y cuya seguridad muchas veces no se adapta al nivel de riesgo que asumen.

En España ha habido intentos de estafa con las criptomonedas
Los expertos alertan de que este tipo de crímenes podrían ir en aumento si no se toman medidas urgentes. El Ministerio del Interior francés ya ha anunciado que reforzará los dispositivos de vigilancia y protección para personas de alto riesgo dentro del sector financiero digital. Sin embargo, muchos consideran que el problema va más allá: se trata de una brecha entre la rapidez con la que crece la riqueza digital y la lentitud con la que evoluciona la seguridad frente a las nuevas formas de delito.
Mientras tanto, la sociedad francesa asiste con inquietud a esta nueva forma de violencia urbana. Porque, aunque de momento los casos se centran en figuras del mundo cripto, los métodos cada vez más agresivos hacen temer que el problema se extienda a otros sectores.